Yo sólo soy un hombre que pregunta
Al vacío, a la nada, al infinito,
A las nubes que pasan y en el río
Van dibujando el mapa de sus dudas.*
Corre el agua en silencio bajo fresnos,
Y las nubes se engastan en el agua,
Volviendo su errabundia imaginaria,
Doblando a la corriente su misterio.
Yo sólo soy un hombre que allí mira
El río y las orillas y las nubes,
Y cómo es todo lentitud y prisa
Y cómo ya pasó lo que no tuve,
mientras las aguas lamen las orillas
del camino que eternamente fluye.
[var.: abandonan los planos de su fuga.]
Pues no los borres, porque es un hermoso soneto, de lo mejor que he leído sobre el fluir heraclitano. Luminoso como el cuadro de Monet. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Antonio, aunque me temo que el mérito es más de Monet que mío.
ResponderEliminarMuy bello, Enrique. Me gustan los sonetos existencialistas.
ResponderEliminarMuy buen soneto.
ResponderEliminarLa variante del verso cuarto plantea un auténtico dilema: ¿a cual de los dos buenos versos renunciar?
ResponderEliminarElijas el que elijas, acertarás, eso sin duda.
Gran soneto, Enrique.
A mí me gustaba quizás más otra variante: "Van dibujando el mapa de su huida". Pero queda hipométrico porque huida es bisílabo.
ResponderEliminarNo sé por qué, me gusta más huida que fuga, aunque probablemente significan lo mismo.
De momento no le encuentro solución.
Enrique, la solución es difícil, me gustan las dos.
ResponderEliminarBello soneto.
Busca una tercera variante, ya verás.
Un fuerte abrazo.
Posibles soluciones:
ResponderEliminarNos dejaron la estela de una duda.
Dibujaron la estela de una duda.
O en lugar "de una duda", "de su fuga".
Ayer estuve gozando con el blog de Máiquez y sus infestadoras termitas, y hoy con el tuyo.
Haciendo de este fin de semana una fiesta de Enriques.