lunes, 4 de junio de 2007

Cruel como la vida misma

La inmadurez tiene su gracia. Pero maldita la gracia que tiene envejecer y ser un aplicado versificador más. La poesía o es excelente o daña la salud. Los poetas jóvenes, cuando pasa el tiempo, se convierten simplemente en adultos. Los más inteligentes así lo comprenden y son médicos, ingenieros, editores o novelistas. Pero la mayoría se empeña en seguir publicando versos. Por fortuna nunca falta un premio para un libro correctamente innecesario. Ni la lectura educadamente desatenta y los vagos elogios del crítico de renombre.

José Luis García Martín en su Ventana de papel del pasado sábado en ABCD.

1 comentario:

  1. Por fortuna nunca falta un premio para un libro correctamente innecesario. Ni la lectura educadamente desatenta y los vagos elogios del crítico de renombre.

    Qué fea pintas la cosa...

    Post Scriptum ¿Será que el arte moderno, por lo general me lo parece?

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