La inmadurez tiene su gracia. Pero maldita la gracia que tiene envejecer y ser un aplicado versificador más. La poesía o es excelente o daña la salud. Los poetas jóvenes, cuando pasa el tiempo, se convierten simplemente en adultos. Los más inteligentes así lo comprenden y son médicos, ingenieros, editores o novelistas. Pero la mayoría se empeña en seguir publicando versos. Por fortuna nunca falta un premio para un libro correctamente innecesario. Ni la lectura educadamente desatenta y los vagos elogios del crítico de renombre.
José Luis García Martín en su Ventana de papel del pasado sábado en ABCD.
Por fortuna nunca falta un premio para un libro correctamente innecesario. Ni la lectura educadamente desatenta y los vagos elogios del crítico de renombre.
ResponderEliminarQué fea pintas la cosa...
Post Scriptum ¿Será que el arte moderno, por lo general me lo parece?