
En el crispado y convulso ambiente de la Universidad de los años setenta, una alumna le espetó, no sé si en clase o en una asamblea:
-"Usted es un instrumento de la burguesía".
-"Mire, señorita", le replicó sonriendo Martín de Riquer, "esto es imposible... porque yo soy miembro de la aristocracia."
Era, en efecto, marqués de Benavent y conde de Casa-Dávalos.
Siempre ha habido clases.
ResponderEliminarAfortunadamente.
muy buena respuesta...
ResponderEliminarsaludos
Delfín
www.minificciones.com.ar
Esa iba para ministra de cuota zapateriana.
ResponderEliminarHonor a D, Martín, maestro de filólogos, pero ¿hay algún mérito personal en haber nacido hijo de aristócrata?.
ResponderEliminarLa respuesta se hizo no desde la razón sino desde la chulería.
Lo que hace buena a una "buena respuesta" es la rapidez, la inmediatez.
ResponderEliminarPost Scritpum Así que vaya tipo rápido.
Pobres "instrumentos" de la burguesía. Tener que resignarse al zarandeo de las "miembras" de la progresía...
ResponderEliminarEso sería porque los universitarios de antes eran un poquito chulos. Los de ahora son más calladitos, más pasivos o más niños (entre los que incluyo a una versión mía de hace poquitos años)
ResponderEliminarBuen blog, Sr. Baltanás