miércoles, 28 de octubre de 2009

Descubrir el silencio

Durante estos días de fragilidad (una de las "ventajas" de la enfermedad es que nos hace redescubrir nuestra frágil naturaleza de quebradizo barro), he estado apartado del blog, que no de los blogs, que he seguido leyendo.

Pero he descubierto algo dotado de un mágico y secreto atractivo: el silencio.

Qué bien se está callado.

15 comentarios:

  1. Y que lo digas, Enrique, y sobre todo sin oír a los demás.

    Espero verte pronto, un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Los que callan, saben.
    Un beso.
    Lola

    ResponderEliminar
  3. No en vano, el hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Me alegro de que estés restablecido. Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Pero no por enfermedad, Enrique. En todo caso, en convalecencia.

    ResponderEliminar
  5. Mejor se está sin decir "ná".

    (que dijo el maestro en circunstancia similar)

    ResponderEliminar
  6. La verdad es que esto de los blogs (escribir y comentar) es para incontinentes. Un abrazo Enrique.

    ResponderEliminar
  7. Como dijo Aristóteles: "El necio afirma, el sabio duda y reflexiona" Pobre necio entonces fue él, y yo, y todos...

    Un saludo

    ResponderEliminar
  8. Anónimo11:20 a. m.

    Una vez, fingí una ronquera,...no sabes de la cantidad de cosas que me enteré.

    Hbalar cofunedn a la gnete.

    ResponderEliminar
  9. si, por que los tuyos son silencios elocuentes, que dicen cosas... En fin, un silencio que no puede ser silencio. jgm

    ResponderEliminar
  10. Ay, el Silencio...

    Post Scriptum La maternal docente.

    ResponderEliminar
  11. lo deberían prescribir los médicos...

    pero es menos violento decirle a
    un tío que deje el tabaco...
    que es como dejar el blog...
    un vicio retornable...

    beba mucha agua, enrique

    ResponderEliminar
  12. También me voy por donde discurre el agua. Eres escritor y, encima, maestro. El silencio blanco y otros cuentos.

    ResponderEliminar
  13. Yo también soy partidaria de muchos silencios; pero no de todos, que algunos embrujan.
    ¿No es ya mucho silencio?
    ¿Cómo está?

    ResponderEliminar