"Los acontecimientos no son sucesivos sino contemporáneos de manera absoluta; contemporáneos y simultáneos, y es por esta razón por la que puede haber profetas. Los acontecimientos se despliegan bajo nuestros ojos como una tela immensa. Sólo es nuestra visión la que es sucesiva."
A la idea moderna de la diversidad entre las épocas de la historia -comenta Béguin- , opone la noción de las edades sucesivas consideradas como simples traducciones, diferentes pero acordadas, del mismo hecho único, eterno, perpetuamente actual.
Pero ese ojo de lo simultáneo sólo lo posee Dios.
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