Los suplementos culturales de los periódicos, en estas fechas de cambio de año, se dedican a hacer balance de los mejores libros publicados durante el idem, según los críticos de su cuadra.
En el apartado de poesía, el libro que casi todos ponen por las nubes es el Manual de infractores, última deposición del pseudopoeta y seminovelista Caballero Bonald. Un señor que no ha logrado escribir un verso bueno —no digo ya un poema— a lo largo de sus setenta y muchos años. Y que ahora —él, tan hombre del stablishment y del aparato— nos sale… rebelde (insumiso a las musas sí que lo es, desde luego).
A mi juicio, los tres mejores libros poéticos del 2005 han sido:
La certeza, de Eloy Sánchez Rosillo (Tusquets).
Equipaje, de Manuel Mantero (RD).
Sol de noviembre, de Miguel D’Ors (Númenor).
Ninguno de ellos figura en las listas, ni en los suplementos…
1 comentario:
El libro de Jiménez Lozano es magnífico. Merece la pena leerse. Yo, además, haré lo posible por leer a el libro casi homónimo de Sender y ya te contaré si es o no casualidad, a mi entender.
Mi reseña de Manual de infractores también te interesará. Está en www.poesíadigital.es y en mi blog.
Abrazo, tocayo
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