LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

martes, 24 de noviembre de 2009

Pajaritos fritos

Aquel hombre, en ninguna etapa de su vida tuvo razón. Pero siempre tuvo razones.

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En la segunda mitad del siglo XX, el ratón se incorporó al catálogo, otrora medieval, de la zoología fantástica.


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Un campo de amapolas es como un cuadro de Van Gogh, pero sin esquizofrenia.


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La mayoría de la gente es increíblemente crédula. Por eso el ateísmo se extiende hoy en la sociedad a la velocidad de una mancha de aceite sobre un papel de estraza.

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Las utopías no son malas por lo que imaginan, sino por lo que dejan de imaginar.

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El aforismo es principio o conclusión. Entremedio está el ensayo o el tratado, el poema o la novela.


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En el aforismo, el desarrollo lo ha de poner inevitablemente el lector. El aforismo, en apariencia tan concluso, es lo más abierto que hay. Y es el lector el que tiene que cerrarlo.


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La plancha le hace un lifting a las arrugas de la ropa.


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Impresión. La bibliografía avanza; el conocimiento, no.


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Leed una historia de la filosofía (cualquiera). Acabaréis maravillados del ingenio humano, acabaréis decepcionados del ingenio humano.

domingo, 15 de noviembre de 2009

La red

Cuando iba a dormir
-para no despeinarse-,
mi madre se ajustaba
una red en el pelo.
Aún lo hace hoy.
Pero yo, de pequeño,
pensaba que también
aquella red servía
para pescar los sueños
que esa noche soñaba.

Ginés ANIORTE, Nosotros (Renacimiento, 2009).

jueves, 12 de noviembre de 2009

Bolonia

- El Nuevo Espacio Europeo de Educación Superior cuenta con muchos detractores sobre todo en el campo de las letras, ¿Qué opinión le merece el llamado Plan Bolonia?

- Durante veinte años he practicado la metodología docente que ahora recomienda el denominado Plan Bolonia. Lo he podido hacer gracias a la aplicación de la libertad de cátedra que consagra nuestra Constitución de 1978. Pero ahora resulta que, cuando se ha querido aplicarlo de forma oficial, me veo constreñido por una burocratización excesiva que quiere transformarlo todo en elementos cuantitativos y que matan cualquier posibilidad de actuar en libertad creadora. No es necesario que sea así, como de sobra sé, pero así es como se ha planteado lo que es una clara invitación a la fuga. Aparte de eso, la filosofía imperante en la sociedad de mercado no es la misma que se puede aplicar en una sociedad con mercado, donde la rentabilidad social no se confunde con la económica aunque tampoco se desliga de ella necesariamente. Y entiendo que la actitud económica es sólo una de las que se desarrollan en la vida. Es verdad que la Universidad, en el marco del Estado de las Autonomías y repitiendo esquemas políticos, ha terminado convirtiéndose en auténtico caos que, como dice mi colega José Carlos Bermejo, se intenta ahora cuadricular. De ahí que, aunque el llamado Plan Bolonia tiene indudablemente aspectos positivos (por ejemplo, respecto a la metodología docente) su aplicación puede ser desastrosa. No debe ser una casualidad el que muchos países hayan decidido sacar a sus instituciones académicas más prestigiosas de ese sistema, como ha hecho por ejemplo Francia con sus Grandes Écoles.

Genaro Chic García, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Sevilla, en una entrevista para la revista Aula Magna nunca publicada.

En otro lugar, el mismo autor ya había escrito:


No creo que el Plan Bolonia mate a la Universidad, por la sencilla razón de que ésta está ya moribunda al no tener material humano con el que trabajar. De nada vale hacer grandes proyectos de arquitectura, por ejemplo, si no se dispone de materiales de construcción. A la Universidad la mataron las reformas realizadas en la enseñanza Primaria y Secundaria, sin que la Universidad moviese un dedo para impedirlo. Por ello entiendo que el presente Plan sólo actúa como el maquillador que trata de darle prestancia a los cadáveres para exponerlos en el tanatorio. No les puede devolver la vida.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Eternidad, Actualidad... ¿Modernidad?

Creo en estas dos cosas: en la Eternidad y en la Actualidad. Y en que el Tiempo no es sino el puente invisible e inaudible, y sólo en parte mensurable, que une misteriosamente estas dos dimensiones.

En lo que no creo es en la Modernidad. Todos somos modernos inevitablemente e irremediablemente dejaremos de serlo. Aristóteles fue moderno y se convirtió en antiguo, pero sigue siendo actual. Virgilio, Dante, Santo Tomás, Cervantes… fueron modernos pero se volvieron antiguos: y no por ello siguen siendo menos actuales.

La Modernidad no es más que el gesto de orgullo temerario del adolescente que se cree muy superior a sus padres.

Y de la Postmodernidad ya ni hablemos: es como el delirium tremens de ese mismo adolescente tras una larga noche de botellona.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Educación para la Ciudadanía: del XVIII al XXI

Es menester que la educación se haga cívica.

Una cosa es la instrucción; otra cosa, la educación; ésta es con mucho la más importante, porque si está bien dirigida producirá ciudadanos. Esta idea se expresa también entre tantas ideas efervescentes: la escuela debe adquirir un carácter nacional. “El arte de formar a los hombres, en todos los países está tan estrechamente ligado a la forma del gobierno, que no es posible hacer ningún cambio considerable en la educación pública sin hacerlo en la constitución misma de los Estados” (Helvetius). Tal gobierno, tal educación; no hay educación posible en un gobierno despótico; la educación debe llegar a ser una parte integrante de la política, con doble título: la forma y es formada por ella.


Paul Hazard, El pensamiento europeo en el siglo XVIII.