"Robert Browning fue incontestablemente un hombre del todo convencional. Hay muchos que juzgan este elemento de convencionalismo a la vez lamentable y vergonzoso; han establecido, como si dijéramos, una convención de lo inconvencional. Pero este odio al elemento convencional en la personalidad de un poeta sólo les es posible a los que no recuerdan el significado de las palabras. Convención no significa más que acuerdo, pacto; y de igual modo que todo poeta tiene que buscar hacer su obra sobre un acuerdo emocional entre los hombres, todo poeta tiene que basar su obra sobre una convención. Todo arte está, naturalmente, basado en una convención, un acuedo entre el que habla y el que escucha de que no deben oponerse ciertas objeciones. El arte más realista del mundo está abierto a la objeción realista. Contra el drama más exacto y corriente que saliera jamás de Noruega todavía es posible para el realista oponer la objeción de que el héroe que comienza a hablar de un asunto y pasa a otra cosa, que sale del aposento y vuelve por su sombrero, se conduce continuamente de una manera muy excéntrica, considerando que hace todas estas cosas en una habitación en la que una de las cuatro paredes no existe y ha sido sustituida por una hilera de candilejas y una multitud de gente extraña. Contra el más pulcro dibujante de siluetas que pueda concebir la imaginación humana, puede admitirse aún que traza una línea negra en torno a la nariz de un hombre, y que esta línea es mentira. Y precisamente de la misma manera un poeta, por la naturaleza de las cosas, tiene que ser convencional. A menos que describa una emociónque los otros compartan con él, su labor será totalmente inútil. Si un poeta tuviese realmente una emoción original; si, por ejemplo, un poeta se enamorase de repente de los topes de un vagón de ferrocarril, emplearía un espacio de tiempo considerablemente superior a los setenta años de que dispone, para comunicar sus sentimientos.
La poesía trata de cosas primarias y convencionales; el hambre de pan, el amor a la mujer, el amor a los niños, el deseo de una vida inmortal. Si los hombres tuviesen de veras sentimientos nuevos, la poesía no podría tratarlos. Si un hombre, supongamos, no sintiese un amargo anhelo de comer pan, pero sintiese en cambio un fresco y original anhelo de comer guardafuegos de latón o mesas de caoba, la poesía no podría expresarlo. Si un hombre, en vez de enamorarse de una mujer, se enamorara de un fósil o de una anémona de mar, la poesía no podría expresarlo. La poesía sólo puede expresar lo que es original en un sentido: en el sentido en que hablamos del pecado original. Es original, no en el despreciable sentido de ser nuevo, sino en el sentido más hondo de ser viejo; es original en el sentido de que trata de orígenes."
[G. K. Chesterton, Robert Browning, Sevilla, Espuela de Plata, 2010.]
4 comentarios:
Extraordinaria cita. Chesterton, paradójicamente, encarna el ideal de Rimbaud: es sublime sin interrupción.
La reflexión es buenísima porque, más allá de Robert Browning y de lo matizables que puede ser algunas de las cosas que dice, da en la diana en una cuestión fundamental: el establecimiento de una convención de lo inconvencional, sólo que mucho más barata, mucho más falsa: con todas las servidumbres que pretenden romperse, pero "nuevas"; con la imposible carencia de las fuentes más ricas, de lo verdaderamente original. Quizá porque el mérito no está en lo que sintamos, ya que todos los hombres tenemos esa capacidad, sino en cómo se escribe y cómo se es capaz de hacer sentir al que lo lee. Y eso es condenadamente difícil. Para eso hay que ser original, hay que ser "viejo".
Yo todavía estoy descubriendo a Chesterton, viejo conocido de todo el mundo, por lo visto.
Gracias, Enrique.
Qué poca vergüenza, joder.
Carlos dijo:
Sobre esto habría que recordar lo que dijo Machado a través de Mairena(de aquí, precisamente, tomó García Montero lo de Nueva sentimentalidad):
"Nueva sentimentalidad. Los sentimientos cambian dentro de la historia Ej: ¿cuántos siglos durará todavía el sentimiento de la patria?...Hay quien llora al paso de una bandera,…quien la mira pasar indiferente."
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