LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

lunes, 16 de mayo de 2011

UN OFICIO QUE NO EXISTE

Es, sin duda, el de poeta. Se puede vivir de las princesas, como Rilke, pero no de las Elegías del Duino. Se puede vivir del periodismo, como Bécquer, pero no de las Rimas. Del teatro, y de pordiosearle muy descarada y tenazmente al duque de Sessa, pero no de las Rimas humanas y divinas.
Se puede ser catedrático, o rentista, o pastelero, o funcionario municipal, o piloto aeronáutico... y escribir versos aseados e incluso hermosos. Ahora, de escribir versos no vive nadie.
Y está bien que así sea. Porque se puede ser de profesión novelista, o autor dramático, o biógrafo... pero lo que no se puede es tener como profesión la de poeta. La poesía no consiente un horario de trabajo ni tantas páginas por día. La poesía es siempre una dedicación secreta e intangible. La poesía siempre será una amante, y bien caprichosa por cierto, pero nunca una esposa fiel.
La poesía es un lujo que nos damos los que apenas podemos permitirnos otros.
Y se dirá que es por la falta de demanda, de mercado. "La gente es que no lee poesía..." Y no, la gente sí lee poesía, pero es la poesía de los muertos, de los clásicos, antiguos y modernos, es decir, de la poesía filtrada y destilada por el tiempo.
Está bien que la poesía, aunque pueda dar algún dinero, no permita que se viva de ella. Porque la poesía es confesión, o es amor, o es oración...
Está bien que la poesía, aunque de vez en cuando nos dé una alegría, no permita que se viva de ella. Hasta ahí podíamos llegar.

20 comentarios:

Antonio Rivero Taravillo dijo...

Así es, y está bien que así sea.

Daniel Martínez Romero dijo...

Te recomiendo una película: El lado oscuro del corazón (1992). Trata este mismo tema. Te dejo un enlace por si te pica la curiosidad. Un saludo.

http://www.youtube.com/watch?v=J7MilDEFDBM

Mora Fandos dijo...

Precioso, muy verdadero. Gracias.

Cristina Brackelmanns dijo...

Hombre, según como se entienda lo de "vivir de ella".
Que se coma y se pague la hipoteca, no suele permitirlo, pero a vivir-lo que se dice vivir, un poco sí que ayuda ¿no?

eres_mi_cruz dijo...

bueno, leí alguna que otra vez anuncios del tipo

mándanos un sms con el nombre de tu amada/o y te enviaremos una poesía dedicada a ella/él...
1,45€ por mensaje (2)

lo que me hace pensar que la mala poesía es una excepción a la regla...

marinero dijo...

En realidad, no vive uno "de" la poesía. Se vive "para" la poesía, que es cosa muy distinta. Quien manda es ella. Y, como dice Antonio Rivero, está bien que así sea. Sabe más que nosotros. Vamos, ni comparación.

L.N.J. dijo...

Me gusta la poesía de los muertos, esos que levantaron su voz interna en un papel y hemos aprendido tanto de ellos (yo estoy en el camino), de aprender me refiero. Aunque también de morir, como todos, claro.
La poesía actual desde mi punto de vista, sólo le sobra un requisito y es que hay muy poco poetas buenos y muchos que se llaman poetas.

Escribir es un oficio, por lo tanto un poeta trabaja cuando escribe. Sí es verdad que si vives para ella, se vive mucho mejor.

Saludos.

L.N.J. dijo...

Aclaro que he dejado mi comentario con respeto y también con un poco de miedo, por respeto a todas las personas que se dedican a escribir.

marinero dijo...

"L. N. J." parece creer, a juzgar por lo que dice, que la rareza de la buena poesía es una maldición que aflige particularmente a esta época. Si es así, se equivoca; los buenos poetas siempre han sido raros. Quizá le engaña la criba que hace el tiempo; normalmente, entre los poetas de épocas pasadas sólo leemos a los que la han superado. En este tiempo nuestro, como es inevitable, aún no está hecha (todo llegará). Pero es un error leer sólo a los muertos; los vivos, incluso con su inevitable mezcla de lo mejor junto a lo mediocre, nos dan algo que sólo ellos pueden darnos. Y sin lo cual, incluso a la lectura de los poetas de otra época -que necesariamente hacemos desde la nuestra- le faltará algo esencial.

enrique baltanás dijo...

Completamente de acuerdo con las apreciaciones de marinero. Ahora bien, sólo un matiz. Él afirma que de los siglos pasados ya se ha hecho criba. Ahora bien, ¿podemos estar satisfechos con esa criba, o la criba habrá que re-hacerla constantemente? ¿Está, realmente, hecho el canon de por ejemplo la poesía de s. XVIII? ¿Qué tiene valor, hoy para nosotros, de esa poesía y qué no? Quizás el canon haya que estarlo revisando constantemente.

L.N.J. dijo...

Marinero, en ningún momento he dicho que la rareza de la buena poesía sea una maldición (partiendo de la base que yo no soy poeta y siempre me dijeron que soy una mujer rara). ¿Cree usted que soy una maldición porque opinen así de mí?. Jamás se me ocurría juzgar así ni de otra manera. Por eso he dicho que hablo con respeto y miedo porque si me hace usted un gran favor, dígame ¿qué es ser un poeta? y ¿a quién debemos llamar poeta de buena calidad?. Si de veras cree que habrá que pasar a otras historias para que los actuales sean reconocidos, creo, que a la poesía siempre se le ha tratado igual; una pena, que conste. Todo lo contrario ha ocurrido con la novela, por ejemplo.
Claro que leo a los vivos, pero mi base está en los poetas muertos. Lo que aflige a esta época es el ser humano, no el poeta, ni el afilador, ni el ama de casa...; que aunque no se les considere un oficio se les puede cargar del mismo misterio y esencia con la se escribe una poesía toda cargada de
esa rareza o misticismo que hace sentirse solo al ser humano.

Saludos.

L.N.J. dijo...

Enrique Baltanás siento que también usted no haya llegado a otro tipo de apreciaciones en mi comentario, quizás me expresé tan mal como me entendieron.

En fin.

Enrique Baltanás dijo...

Sí le entendí. Y ¿cómo no estar de acuerdo con su afirmación de que "hay muy poco poetas buenos y muchos que se llaman poetas". Lo que ocurre es que esto ha sucedido en todas las épocas.

Enrique Baltanás dijo...

Y, por cierto, ayer estuve en Constantina, en el IES Feranando III, dando una conferencia sobre Antonio Machado.

L.N.J. dijo...

Ayyyyyyy, qué alivio, jaja. No me gustan los ambientes tensos, esos que se mascan con palabras, sin gestos y sin contemplaciones en las miradas.

La próxima vez avíseme si lo hace aquí en Sevilla, será un placer asistir. Si me permite.

Besos para todos, los vivos, muertos y revueltos...

Mi verificación de la palabra es "ophou", de veras, no les engaño.

marinero dijo...

Tienen toda la razón tanto "L. N. J." como Enrique Baltanás. Hay que estar revisando siempre esa criba; aunque existe, y es operativa. Entre otras cosas, como él bien sabe, los poetas que no han tenido suerte en la lotería del tiempo (no siempre justa), difícilmente pueden leerlos en un momento dado más que los eruditos, por falta de ediciones asequibles. Baste recordar lo que en su biografía de San Juan de la Cruz cuenta Brenan de sus dificultades para leer la poesía del santo: sólo existía en su tiempo, según él,la incómoda, poco asequible y poco fiable edición de la B. A. E. ¡Y era el grandísimo San Juan! Y no se preocupe "L. N. J."; lo mío sólo pretendía ser una matización, no una crítica a lo que ella dice. Le aclararé que su comentario "claro que leo a los vivos, pero mi base está en los poetas muertos" me parece la mar de sensato.

L.N.J. dijo...

Lo siento marinero, a veces no me explico muy bien y sé que doy a entender otras cosas.

En noches del baratillo se le hizo un homenaje a Enrique Baltanás y a otros poetas actuales y eso dice mucho de lo que también prometes. Poetas excelentes, pocos ,pero excelentes.

Besos y gracias.

Chris EMV dijo...

Que razón tienen éstas cautivadoras palabras. Gracias!!

Excelentes palabras, Excelentes reflexiones, Excelente Blog!

Paco D.V. dijo...

Tienes más razón que un santo, Enrique. El día que la poesía pase a formar parte del Mercado, apaga y vámonos. A su manera, ya lo cantaba Camarón:
"Dinero, dinero, dinero...
que yo no quiero dinero,
yo quiero cantarle al aire
como cantan los jilgueros."

Anibal dijo...

El simple echo de poderse llamar a si mismos "poeta" da mucha vida a algunos