El aforismo, para serlo, en realidad sólo necesita cumplir con este requisito: ha de ser inapelable.
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Porque si es contradecible, matizable, etc... entonces ya no es un aforismo sino una mera ingeniosidad, sólo verbal a menudo, cuando no una de esas tonterías de las que a todos se nos ocurren unas cuantas todos los días.
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Porque si es contradecible, matizable, etc... entonces ya no es un aforismo sino una mera ingeniosidad, sólo verbal a menudo, cuando no una de esas tonterías de las que a todos se nos ocurren unas cuantas todos los días.
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