LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

martes, 8 de enero de 2008

Tranquilizantes en el aula

"Los profesores usan un 10% más de tranquilizantes contra el estrés" es un titular destacado de la portada de El Correo de Andalucía en su edición de hoy martes.
Pero leamos la noticia con atención. En su primera parte ofrece los datos del informe, al parecer encargado por la Consejería de Salud, pero luego se pasa a la interpretación y análisis de esos datos por parte de otra Consejería, la de Educación, y ahí es donde viene lo bueno. Copio [y pongo entre corchetes, y en azul, mis glosas]:

El reinicio del curso académico hoy genera estrés y ansiedad en el profesorado, que, según un informe de la Escuela Andaluza de Salud Pública, ingiere un 10% más de tranquilizantes y barbitúricos que el resto de trabajadores. La conflictividad y el esfuerzo por mantener la atención de los niños son las causas del desequilibrio psíquico de los docentes.

“La docencia puede ser catalogada como una actividad de riesgo para la salud psicosocial”. La Escuela Andaluza de Salud Pública, dependiente de la Consejería de Salud, ha publicado un estudio sobre el estado emocional de los profesores en su trabajo. Es una especie de manual con tintes de libro de autoayuda y que trata de explicar por qué el estrés es la razón principal de las bajas laborales en la escuela.

Precisamente hoy se retoma el curso escolar, que es uno de los momentos en los que más bajas se registran. Los docentes, según el estudio, están acosados por crisis de ansiedad, depresión, inseguridad y cambios bruscos de temperamento que los perjudicados tratan de sortear ingiriendo tranquilizantes y barbitúricos. Un 10% más de media que el resto de empleados públicos, según los autores que, sin embargo, usan el informe para proponer otras soluciones al problema.

El 25% del profesorado andaluz sufre algún trastorno psicológico, un porcentaje extrapolable a los docentes sevillanos. El catálogo de riesgos que surge de la práctica educativa lo encabeza el estrés. También la desmotivación, la impotencia sexual, el absentismo laboral, el bajo rendimiento, el excesivo consumo de alcohol y tabaco, los problemas familiares, irritabilidad, el mal humor, la depresión, el agotamiento, las migrañas, el insomnio, las úlceras y las micciones nocturnas repetidas.

José Luis Bimbela y Bibiana Navarro, responsables del estudio Cuidando al formador, creen que la crisis surge de ciertas situaciones, como las demandas de los padres, que en los últimos años se han vuelto más rígidas. “Los padres han pasado de confiar en los educadores a ser muy críticos con el sistema educativo”, dice Bimbela. [¿Muy críticos? Yo diría mejor muy hostiles]

La Escuela de Salud elaboró sesiones con profesores para averiguar qué situaciones les suponían más problemas: más del 30% dijo que el absentismo de sus alumnos les provocaba desilusión, ansiedad y rabia. Más de un tercio se siente culpable y frustrado cuando advierte un elevado porcentaje de suspensos durante la comisión de evaluación. Otras situaciones son: “Estoy dando clase y están distraídos: desesperación, inseguridad, frustración”. “No he sabido responder a una pregunta: inseguridad, soledad, angustia”. “El niño genera conflictos y desacredita al formador: rabia, desconfianza, aversión”.

El perfil del alumnado también ha cambiado. “Existe un cuestionamiento continuo de la profesión, lo que ha hecho que el profesor pierda estatus, prestigio y consideración social”, explica el informe. Sin embargo, este argumento está siendo muy criticado en la escuela [¿en la escuela? ¿en qué escuela?]. Expertos en pedagogía [Ya están aquí, ya apareció la secta pedagógica, la de esos que no dan clases pero dicen cómo se deben dar las clases] creen [ojo a lo que creen, que no tiene desperdicio] que el desarrollo democrático ha facilitado que “se pueda cuestionar lo que dice el maestro, cosa que antes era imposible, primero porque la mitad de la población era iletrada, y segundo porque el profesor hablaba ex cátedra y lo que decía iba a misa, sin que ni el alumno ni su padre supieran cómo rebatirle”. [¿Y para qué o por qué tienen que rebatirle, es ese el objetivo?]

La administración educativa [o sea, la consejera, Cándida Martínez] reconoce que en los últimos 20 años los requisitos que se le exigen a un profesor para impartir clases son muy básicos [una licenciatura, una oposición, ¿son requisitos muy básicos?]. “La inseguridad del profesor, sobre todo en secundaria, no se debe sólo a la dificultad de la profesión. Es que a veces saben menos que los alumnos, por ejemplo de informática, y admitirlo delante de 30 chavales les puede suponer un problema”, explican fuentes de la consejería. [Y aquí ya no sé poner ninguna glosa, porque me he quedado estupefacto].

13 comentarios:

Anónimo dijo...

"Ferpectamente comprensible" , que diría algún alumno de secundaria hoy día.

Y yo me pregunto: ¿para qué se ha hecho este estudio? ¿Para machacar todavía un poquito más al profesorado o para ver cuáles son sus problemas y necesidades?

Los expertos en pedagogía —al igual que los psicólogos o que los abogados— son un auténtico cáncer en nuestra permisiva, lábil y negligente sociedad. Fíjese, amigo Baltanás, que no le digo ya los políticos (que también), sino los pedagogos y los psicólogos. Esos manejadores de argot por antonomasia; esos muñidores de eufemismos circunloquiantes; esos paridores de peregrinas teorías que siempre —aunque no tengan ninguna razón— defienden al inútil y al malvado. ¡¡Ufff!! Sólo de pensarlo "se me pone la gallina en piel" (como dijo no sé quién).

A todo ello deberíamos añadir, desde luego, la inestimable colaboración de los progres, que con sus políticas educativas basadas en teorías "igualizantes" y en prejuicios ridículos han actuado como un Condicionamiento clásico de Paulov terriblemente negativo; casi mortal de necesidad para la inteligencia de nuestros educandos.
Aquí podríamos decir algo también de la derecha —que se ha visto arrastrada, en cierto modo, por esa nefasta visión pedagógica—; pero como en alguna que otra ocasión ha intentado reaccionar (aunque sin éxito), pues tampoco nos vamos a cebar en ella.

A riesgo de parecer demasiado categórico y reduccionista, yo creo que todo el problema de la enseñanza primaria y, sobre todo, de la secundaria —el mundo de la Universidad sería distinto— se reduce básicamente a la ausencia de autoridad; a la imposición del nefando principio del buenismo, de ese erróneo espíritu generalizado de "buen rollito" que debe imperar en todos los órdenes de nuestra actual puta vida (porque si no eres un intolerante); al malhadado criterio del igualitarismo para todo (porque lo contrario es de fascistas); a la pérdida de exigencia, a la desaparición del sentido de esfuerzo y a la falta del criterio de excelencia, que tan necesarios son en las cosas del aprendizaje, el estudio y el intelecto. Es decir, como ya ocurrió en el Medievo también en el ámbito cultural, se ha hecho una tabla rasa, pero por debajo. Y así nos va.

Pero bueno, Baltanás, no se me queje; al menos las cosas no están tan mal en el cortijo de AndaZulía: ¿no es allí donde a los alumnos más zoquetes se les va a dar un dinerito para estimular su abotagado cerebro cuando las cosas de los libros les vayan mal? Pues eso; a olvidarse entonces de los problemas, que ya los soluciona el cacique Chaves a golpe de talonario.

Saludos desde el Nibelheim.

Coda final: aquí abajo también hay cada cenutrio, que ya, ya. Pero bueno, a esos los pongo siempre a insuflar aire en el fuelle del yunque y listo.

Anónimo dijo...

Me ha hecho mucha gracia eso de que no antes se rebatía "primero porque la mitad de la población era iletrada" (¿ahora no? Yo diría que bastante más de la mitad son analfabetos funcionales) y "segundo porque el profesor hablaba ex cátedra ...sin que ni el alumno ni su padre supieran cómo rebatirle" (¡como si ahora supieran como rebatirle!).

De todos modos, tratar estos temas es caer en la melancolía. Y no quiero abusar de los tranquilizantes... ;-)

Anónimo dijo...

Y para ser consejera de cultura ¿los requisitos no son muy básicos? Vamos, digo yo.
Y para ser pedagogo y hablar "desde lejos", pero ex cathedra, de aquello de lo que se es especialista (paradojas de la vida), ¿cuáles son los requisitos?
¡¡Qué barbaridad, señores!! Así que la conclusión que sacan los especialistas en educación en España es que el régimen democrático ha acabado con la calidad de la educación...
Mejor me tomo un traxilium...

Rafael G. Organvídez dijo...

Im-prezionante.

La consejera de Educación tiene razón al afirmar que los conocimientos que se les exige a los profesores y profesoras para impartir clases son muy básicos. ¡Claro que sí! Sobre todo si los comparamos con la jerga diabólica que los infames pedagogos y pedagogas se inventaron para la LOGSE. A galeras mandaba a todos ellos, empezando por Maraval.

Anónimo dijo...

Espero que no te importe que subamos tu artículo sobre "tranquilizantes" y enseñanza pública andaluza a nuestra página. Un saludo. Pedro de Tena.(Por cierto, ¿podríamos hablara un día sobre el fin de semana poético en nuestra página?

Enrique Baltanás dijo...

Muchas gracias, Pedro, por el enlace. ¿Fin de semana poético? No entiendo. Si me escribes desde tu correo, y no como no-reply, podríamos contactar.

Francisco Sianes dijo...

Hablemos de tranquilizantes:

http://latorredemontaigne.blogspot.com/2007/10/antologa-del-disparate-1.html

http://latorredemontaigne.blogspot.com/2007/10/antologa-del-disparate-2.html

Un cordial saludo, Enrique.

Enrique Baltanás dijo...

No consigo, Francisco, entrar en esa entrada. Sólo en la página principal. ¿Puedes indicar el título o la fecha?

Francisco Sianes dijo...

Claro, Enrique.

Es el artículo del 9 de octubre:

www.latorredemontaigne.blogspot.com

Un saludo.

Juan Antonio González Romano dijo...

La Consejera de Educación no tuvo el otro día empacho al afirmar que en Finlandia la cosa educativa va mejor porque, desde siempre "las mujeres tenían que aprender a leer para casarse". Si ese comentario lo hace un varón, el mundo feminista se hubiera levantado en armas. ¿Esa es la única motivación de la mujer finlandesa para leer? Pues sí que tenemos a la Educación en buenas manos... Enhorabuena, Enrique, por tu blog.

Ser paciente tiene su precio... dijo...

no hace mucho, en un examen de lengua española 1 compare las preguntas de mi examen de filologia al de una furuto maestro de primaria. la pregunta, porque solo tenia una, es el sistema del habla es decir, emisor, canal, receptor, mensaje. una sola pregunta respondida en una línea y media. y eso es fruto del examen de una profesora, uish que digo UNA CATEDRATICA del áera de lengua española. Claro, pero la culpa la tiene el Gobierno, que esa "catedratica" sea así de contundente en afirmara "niños y niñas de españa, lo siento pero la lengua me importa muy poco". Claro que la culpa la tiene el gobierno, los criticados son los sociatas deturno verdad? Caciques? demagogos? en fin la misma cantinela de siempre, pues aprendan informática coño¡¡¡ pero si no saben quien es ALARCOS y se conforman con el sistema comunicativo pues es lógico que la infrmatica la vea como algo inútil, y de ese tipo de profesoires, otra vez, CATEDRATIDOS, está lleno el mundo

Anónimo dijo...

Cuando esta sociedad recuerde que siempre habrá mejores y peores (no en dignidad), cuando recuerde que debe haber alguien encima que garantice justicia y otro debajo que sostenga al de arriba, que la disciplina es obligatoria más que necesaria para el correcto funcionamiento del sistema, cuando... volverá a ser Sociedad, y no Suciedad como ahora.

Anónimo dijo...

¡Uy, uy, uy! Ruy, eso de arriba y abajo me parece una barbaridad.
No se trata de estar ni arriba ni abajo, se trata de respeto y eso es recíproco y nos sitúa a todos en el mismo escalón.