Cuando iba a dormir
-para no despeinarse-,
mi madre se ajustaba
una red en el pelo.
Aún lo hace hoy.
Pero yo, de pequeño,
pensaba que también
aquella red servía
para pescar los sueños
que esa noche soñaba.
Ginés ANIORTE, Nosotros (Renacimiento, 2009).
3 comentarios:
Mi madre la llamaba redecilla.
La redecilla, y la cara fresca del beso de buenas noches, y el olor a Belladermis en las manos al arroparnos.
Era una crema de glicerina, la he buscado por volver a olerla, pero ya no existe. Mejor.
Vaya nudo con la redecilla de pescar sueños.
A mi me parece excesivo lo de tanto darle al enter (el intro de toda la vida). ¿Eso sirve para algo?
Post Scriptum Lo de darle al enter (el intro de toda la vida) no, me refiero a lo de la red para no despeinarse.
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