LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

viernes, 9 de septiembre de 2011

ANOTACIONES SUELTAS EN DÍAS NO SEGUIDOS

No soy capaz de llevar en mi cabeza las vidas de los demás, como hace la amiga XC. Sus divorcios, enfermedades, noviazgos... Todo es capaz de llevarlo por delante, como si tal cosa fuera lo más natural del mundo. Mi propia vida la veo borrosa, incomprensible a ratos. Aunque debe de tener alguna explicación. Aunque yo mismo no sepa encontrársela. O sea, narrármela. Ponerla en claro mediante un relato. ¿Y si ese relato me lo contasen otros? (Por ejemplo, la amiga XC).


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Misterio es otro nombre que damos a la vida. Porque la vida, a fin de cuentas, es eso, un misterio. Ningún sistema filosófico, ninguna teoría científica, ninguna Weltanschaung es capaz de dar cuenta cabal y completa de la vida. Porque la vida es y no es. Nacimiento y muerte, ser y nada. Espíritu (¿o cómo lo llamaremos?) y Materia.
La vida es, en rigor, inexplicable. Cuando creemos haber encontrado la explicación de algún aspecto, surge otro, y otro, y otro...



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Dice Javier Salvago que él no es pesimista. Y es verdad. Lo es su poesía. Lo es su concepción del mundo. Ahora, eso no quiere decir que la persona lo sea. Cioran nunca se suicidó. Schopenhauer, tampoco.

4 comentarios:

Mora Fandos dijo...

Qué interesante, Enrique; como ya te imaginarás, lo de la necesidad de narrarse me ha gustado especialmente. Y de esa borrosidad, en algún momento, ¿quién está libre? Y además, muy justo lo de que el relato personal lo cuenten otros -además de uno mismo-, pero... si los demás también tienen esa borrosidad inherente a la condición humana, si después de sus narraciones me quedo como el investigador de la vida del Ciudadano Kane, sin dar con el sentido ¿podré llegar a la claridad última que busco?
Para mí, la solución es escuchar al Gran Narrador -en Ciudadano Kane es el guionista que permite al espectador una clave de privilegio al final-, que completa y purifica mi narración y las de las demás sobre mí. Así, hay bastante claridad para el optimismo. Pero la definitiva, está por venir. Es mi convicción. Un abrazo.

L.N.J. dijo...

Esta entrada tan mística y seductora me recuerda esos momentos en lo que crees que todo es repetido una y otra vez y deseas salir para evocar lo que no se conoce.
Y me ha recordado al "Poema-Prólogo" tan exquisito con el que comienzas tu libro "Trece elegías y ninguna muerte".

Es divino Enrique, divino.

Besos.

Mora Fandos dijo...

Enrique, con respecto a tu primer texto, lo de ser narrado, creo que te puede gustar un poema de Pablo Moreno, en Lauda -La Isla de Siltolá-, "Otros nombres".

Javier Muñiz dijo...

Hola, preciosas letras van desnudando la integral y pura belleza de este blog,si te va la palabra elegida, la poesía, te invito a mi casa,será un placer,es,
http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
gracias, buen día, besos nómadas...