Que haya un libro más... ¿qué importa al mundo?, exclamaba Espronceda...
¿Cómo..., que no era libro? ¿Que era cadáver? ¿Y qué más da? ¿Acaso la gran, la inmensa mayoría de los libros no serán un día, tal vez no muy lejano, cadáveres, quizás poco exquisitos cadáveres?
3 comentarios:
Sic transit gloria mundi...
Hola, pues a mí me ha gustado tu artículo. También os quería recomendar una página muy interesante que tiene unos contenidos sorprendentes, de mucha calidad.. ¿Podéis echarle un vistazo y ver qué os parece lo que dicen aquí? La página se llama Pastiche y esto es lo que dice: http://pastiche.es/pastiche-y-el-valor-de-la-palabra/
Precisamente hace poco inauguraron por aquí la Feria del libro antiguo y de ocasión (que eso sí que es una Feria del Sic transit) y es verdad, demasiados cadáveres, a paladas, casi deprime verlos. Pero de repente agarras uno y ¿cómo era aquello del whisky en la tarde fría?
Pues tal cual, entre todos los cadáveres encuentras un amigo. Este se llama Ricardo, abrí el libro y leí: ¿Por qué habla siempre de sí mismo?/¿En qué abismo ha caído?... Y en la página de al lado: Hablaban y disponían/futuros mágicos/y el tiempo en flor se moría/entre sus manos... Y tan contenta y tan entonada que me lo llevé a casa.
De eso se trata, supongo, de hacer amigos hasta después de muerto. Estoy segura de que ellos se alegran tanto de que les encontremos como nosotros de encontrarlos.
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