No hay, para mí, peor cosa que el que se me abra por delante un campo de posibilidades, aunque sean limitadas, un cruce de caminos en el que haya que determinarse por uno o por otro... A eso llamo yo mi silva, o selva, oscura, por donde puedo perderme y a menudo me pierdo...
Tal vez por eso prefiero escribr de encargo que a mi libre albedrío... Pero eso, después de todo, quizás sea el aspecto más insignificante de esta selva oscura y agreste que comporta cualquier elección.
Terror y pavor.
3 comentarios:
A mí también me pasa, Enrique, pero hay que perderse (un poco) para encontrarse.
Luis Rosales lo clava:
DECÍDETE SI NO QUIERES EQUIVOCARTE
Sólo sabrás lo que quieres,
corazón,
sólo sabrás lo que quieres
después de hacer la elección.
[más o menos, cito de memoria]
Por fortuna, como para casi todo en la vida, hay un proverbio chino al respecto. A mí, a veces, me ha servido de extraño consuelo: "Hagas lo que hagas, te equivocarás".
En cualquier caso, suerte en la encrucijada;-)
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