Palacio Valdés en su discurso de ingreso en la RAE (ca. 1900): “Sólo las obras vividas llevan el sello de la originalidad que las hace inmortales... Toda nuestra obra literaria debe ser en este sentido una vasta y magnífica confesión.”
“Ser sincero es ser potente” dice R. Darío en el Canto errante.
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