LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

domingo, 10 de abril de 2005

Espectáculo fascinante

"Espectáculo fascinante" titula Juan Bonilla su artículo de hoy domingo en "El Mundo". Se refiere, claro está, al "que se ha producido esta semana en el Vaticano", y que JB califica de "triunfo de la teatralización de la realidad". Según JB, este "espectáculo ficticio y exagerado", esta "ópera fascinante que, dada su duración, de conmovedora pasó a ser onerosa y a provocar hartazgo", ha conseguido hacer olvidar los puntos negros o "disparates antológicos" de este Pontífice. Por ejemplo: "no se ha dicho nada de cómo el sida se ha multiplicado en los lugares donde, por influencia católica, no se combatió la epidemia con reparto de condones", ni "cómo Wojtila aplastó a los teólogos de la liberación"; tampoco, cuando se recuerda que se llevaba bien con los jóvenes, se dice "con qué tipo de jóvenes se llevaba bien"; y sobre todo, se le presenta como "grandísimo luchador por la libertad", cuando, a juicio de JB, sólo "luchó contra el comunismo, a cambio de coquetear con algunos fascistas".
Por supuesto, JB está en su derecho de considerar teatralización o espectáculo ficticio lo que los católicos llaman simplemente liturgia. Quien está ciego para lo sagrado, sólo puede ver su cáscara, que naturalmente confundirá con la almendra. Pero eso pertenece al libre albedrío de cada cual, que cada cual cree lo que quiere o lo que puede.
Ahora bien, y pasemos de la fe a los datos y a los hechos: donde el sida ha surgido como una dramática epidemia es en países africanos que no se caracterizan precisamente por ser de mayoría católica.
Si Juan Pablo II visitó el Chile de Pinochet, también visitó la Cuba de Castro. Y por cierto, Pinochet abandonó el poder por propia voluntad, dando paso a un régimen democrático, algo que aún seguimos esperando que haga el Comandante.
¿"Aplastó" a los teólogos de la liberación? Que yo sepa, todos están vivos y coleando. Lo que Juan Pablo II se limitó a hacer, como era su obligación, fue proclamar la incompatibilidad de este marxismo de agua bendita y guerrilla de sierra y sacristía con la doctrina ortodoxa de la Iglesia.
Supongo que JB no querrá hacer distinciones entre jóvenes buenos y jóvenes malos, pero es bastante razonable sostener la hipótesis de que la sintonía del Papa con los jóvenes católicos siempre será mayor que, un poner, con los jóvenes sintoístas o con los adolescentes animistas.
JB demuestra en su artículo que ser un brillante escritor y despreciar la lógica y los hechos no son cosas precisamente incompatibles.

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