Érase una vez un amigo nuestro, albañil de oficio, autodidacta de formación, confuso de lecturas y diverso de aficiones, con el que no teníamos más remedio que reirnos porque solía salpicar su discurso, pues, en efecto, discurseaba a menudo, y a ello tenía notable afición, con disparates de toda laya.
Así, por ejemplo, gustaba de citar el conocido refrán: "Al buen yantar llaman Sancho". O elogiaba a la célebre escritora doña Emilia Pardón Bazán. Una vez, ante uno de calamares, le oí decir, mascando a dos carrillos, que aquel era "bocata di cardinale".
Pero cuando más acertado estuvo en su disparate, y valga la paradoja, es cuando dijo estar leyendo un libro de Leopoldo Alias Clarín.
Qué tiempos aquellos en que nos reíamos con estas cosas. Aunque, todavía hoy, nos mueven a la sonrisa.
3 comentarios:
Pues qué puntería el tío. Ése sabía más de lo que parecía, seguro que se había leído lo de "mala madre, mala esposa, ésa es la Pardo Bazán". Y lo de llamar "bocata di cardinale" al bocata calamares, tan cuaresmales ellos, y no al de chorizo, es tan genial que yo creo que os estaba haciendo un chiste. ¿No os estaría tomando el pelo, así en plan "vamos a darles una de andamio a estos sabidillos"?
Una joya de texto, cervantino total. Y qué personaje, tan genial que parece inventado. Lo que sí que es verdad verdad, es eso de que ya no nos tronchamos como antes, aunque entradas como esta, todavía hoy, nos muevan a la sonrisa.
Saludos y gracias.
Yo no puedo olvidar una reunion en la que uno de los asistentes comenzo con voz solemne su alocucion con un "es publico y notario" que repitio una vez mas,despejando cualquier duda. No pudimos reirnos hasta despues.
Tales dislates encerraban en el fondo una enorme admiración hacia quienes sabían, leían o escribían: era el modelo que se quería imitar Ahora queda poco de eso, más bien nada. Aquello era simpático y plausible. Lo de hoy es profundamente triste y antipático. De los dislates se ocupan ahora algunos/as miembros o “miembras” de Ministerio; haberlas hubo que hicieron del latino “dixit” pareja ratonera de “Pixie”... Y lo que esto encierra es un profundo menosprecio. Ése es el arquetipo que tristemente la sociedad reproduce.
Un saludo.
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