Veo que es una tontería prohibir estos actos si ya se ha cometido la torpeza de concederles las instalaciones, hoy salen en la prensa por eso motivo. Lo que no tenían es que haberles dado permiso en unas instalaciones públicas para homenajear a un escritor mediocre, y además, de paso aprovechar para hacer una apología del franquismo, que es hacerla del terrorismo, y se queden tan tranquilos los también mediocres escritores invitados de turno.
Pero Luis Alfonso, ¿vd. ha leído algo de Foxá? Se trataba sólo de un homenaje literario, y bien merecido. Y no se preocupe: el franquismo no volverá, porque Franco murió, como ya sabe Garzón, en el 75. Ahora, si lo que se pretende es que nos olvidemos siquiera de que existió... ahí lleva vd. toda la razón: hay que prohibir, borrar, descolgar, suprimir todo lo que se pueda y más
Pero Enrique, ¿usted quiere borrar la ideología del señor Foxa? He leído bastante a este escritor, también la historia y valiosas y autorizadas voces me indican su mediocridad como escritor. ¿Y cómo es eso de que el franquismo no volverá?. Franco, afortunadamente, no, aunque muchos quisieran, pero si sus apologetas, ¿no es delito la apología del terrorismo, no prohíben que se ensalce a terroristas muertos?. Como vamos a hacer una excepción y permitir la apología de uno de los mayores terroristas de y su régimen de asesinatos. Claro que hay que prohibir todo lo que atente contra la decencia, la verdad y la justicia, todo lo que favorezca un reconocimiento a un clima de impunidad y terror como fue la dictadura, y por los siglos de los siglos.
Cuando se intentan borrar del mapa voces que existieron y dejaron su huella, se le roba a la gente parte de un patrimonio que también es suyo aunque no lo sepa. No me gustan los revivals del franquismo, pero me gustaría vivir alguna vez en un país que supiese (o intentase)separar lo político de lo literario. Y que tuviese un poco de generosidad con los supuestos "contrarios". Cosa por la que, desde luego, no se caracterizó la dictadura. Pero en fin,
La delegación de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla que dirige Josefa Medrano, que es la que prohibió el acto por " apología del franquismo",evidentemente,no ha leido a Foxá. Tampoco es de extrañar de quien calificó como "democracia ejemplar" a Cuba o en un alarde de su nivel,dijo que de los naranjos sevillanos florecían los jazmines.
¿De qué nos sorprendermos? Son los mismos. Los concejales de IU que han censurado el homenaje son los herederos de los líderes que pusieron mordazas de hierro en todos los países donde gobernaron, que metieron a los disidentes en manicomios y establecieron una censura ferrea en el plano cultura, hablando siempre en el nombre del pueblo, del que tenían la exclusiva representación. Es lastimoso que, después de tantos años, la derecha haya sabido evolucionar pero la izquierda (cierta izquierda) siga en el mismo sitio sin comprender que la verdadera cultura debe trascender lo político.
Y pensar que después de que yo muera/vetará mi homenaje la Medrano./Que bajo el claro cielo sevillano/en el tiempo que dicen del membrillo/la Izquierda liberal echará fuera/a Aquilino y Rivero Taravillo...
Personalmente creo que el Foxá neopopularista es un cóctel indigesto, pero el Foxá reaccionario y el que aplica la lente esperpéntica sobre las sombras de la Guerra Civil me parecen llenos de talento y personalidad.
El asunto es viejo. Ya lo decía Foxá, aunque con menos entusiasmo que Torrijos:
"Vicentito Arellano regresaba del veraneo. Gracias a los sueldos de la República lo había pasado en San Sebastián, alejándose de los modestos agostos de otros años: El Escorial, La Granja o San Rafael. Estaba preocupado; sentíase bien situado en política, pero era preciso dar un viraje. El gobierno Azaña, prácticamente, estaba en crisis. Los cadáveres de Casas Viejas, manejados en el hemiciclo por la oposición, habían resquebrajado el banco azul. Los radicales incluso habían tenido la fortuna de encontrar una frase feliz pronunciada por Martínez Barrio. Aquél era el gobierno del fango, la sangre y las lágrimas. Vicentito lanzaba cables a los radicales, usufructuarios de aquella frase. Él siempre había admirado a Lerroux. Con todos sus defectos le parecía un patriota. En octubre todavía le llamaba don Alejandro, pero aquellos días ya se atrevía a denominarle «don Ale». Penetró en el despacho de su padre. Don Gumersindo era uno de esos santos laicos que durante tanto tiempo deslumbraron a los republicanos. Porque los hombres de izquierdas tenían interés en demostrar que no era necesaria la religión para llevar una vida honesta. -Ahí tienen ustedes a don Gumersindo -solían decir para terminar las discusiones. Don Gumersindo era pulcro, nítido, con una camisa de nieve, cuello duro, venerable; abusaba un poco de su barba blanca. -No quiero manchar mis canas con esto -solía decir- y pedía otro cargo en la Administración, generalmente más remunerado.
Quien condena un homenaje LITERARIO no entiende mucho de literatura y sí entiende de apuntarse el tanto de un progresismo mal entendido. Foxá es un excelente novelista y un gran poeta, como gran novelista fue también Sánchez Mazas. Transcribo uno de los poemas de Foxá y juzguen los "progres" si se puede decir que nuestro autor fuera sólo un rancio y trasnochado falangista. La calidad literaria está por encima del sectarismo, da igual de qué lado.
"Yo debí nacer en Grecia, yo debí llamarme Egisto; entre andamios ver alzarse blanco y nuevo el Partenón. Ciudadano de una Atenas anterior a Jesucristo; asistir en el crepúsculo al banquete de Platón. Yo debí escuchar, en Delfos, las proféticas palabras junto a un templo entre naranjas y el racimo azul del Sur; enlazar rosas ardientes en los cuernos de mis cabras y llevar al toro blanco al cuchillo del “augur”. Oír de noche a las cigarras empapadas de rocío, alumbrarme con aceite, beber vino en el estío en la copa moldeada sobre un seno de Friné. El amor de una muchacha en mi vejez clara y fuerte y, jovial Anacreonte, imaginar a la Muerte como a un niño que apagara una antorcha con el pie"
Un poema muy conservador, ¿verdad? Un canto al catolicismo más retrógrado, ¿verdad? ¿Un poema de un falangista? Literariamente, al menos, NO.
(Pido disculpas por la distribución de los versos; es un "copiar y pegar" y Blogger no da para más. Saludos cordiales a todos
Perdone Ud, Píramo, pero el poema que cita es absolutamente falangista. El falangismo es un movimiento de vuelta a una Arcadia anterior al mundo moderno, exactamente lo que predica ese poema.
La cuestión no es que Foxá fuera falangista, en su vida y su obra, que lo fue, sino que se coarte la libertad de expresión de un modo totalitario. Y eso sería igualmente aplicable al falangista Foxá o al comunista Alberti.
18 comentarios:
Incalificable.
Veo que es una tontería prohibir estos actos si ya se ha cometido la torpeza de concederles las instalaciones, hoy salen en la prensa por eso motivo. Lo que no tenían es que haberles dado permiso en unas instalaciones públicas para homenajear a un escritor mediocre, y además, de paso aprovechar para hacer una apología del franquismo, que es hacerla del terrorismo, y se queden tan tranquilos los también mediocres escritores invitados de turno.
Un saludo
Pero Luis Alfonso, ¿vd. ha leído algo de Foxá?
Se trataba sólo de un homenaje literario, y bien merecido.
Y no se preocupe: el franquismo no volverá, porque Franco murió, como ya sabe Garzón, en el 75.
Ahora, si lo que se pretende es que nos olvidemos siquiera de que existió... ahí lleva vd. toda la razón: hay que prohibir, borrar, descolgar, suprimir todo lo que se pueda y más
Pero Enrique, ¿usted quiere borrar la ideología del señor Foxa?
He leído bastante a este escritor, también la historia y valiosas y autorizadas voces me indican su mediocridad como escritor. ¿Y cómo es eso de que el franquismo no volverá?. Franco, afortunadamente, no, aunque muchos quisieran, pero si sus apologetas, ¿no es delito la apología del terrorismo, no prohíben que se ensalce a terroristas muertos?. Como vamos a hacer una excepción y permitir la apología de uno de los mayores terroristas de y su régimen de asesinatos. Claro que hay que prohibir todo lo que atente contra la decencia, la verdad y la justicia, todo lo que favorezca un reconocimiento a un clima de impunidad y terror como fue la dictadura, y por los siglos de los siglos.
Cuando se intentan borrar del mapa voces que existieron y dejaron su huella, se le roba a la gente parte de un patrimonio que también es suyo aunque no lo sepa.
No me gustan los revivals del franquismo, pero me gustaría vivir alguna vez en un país que supiese (o intentase)separar lo político de lo literario. Y que tuviese un poco de generosidad con los supuestos "contrarios". Cosa por la que, desde luego, no se caracterizó la dictadura. Pero en fin,
Lamentable de progres, más incultos.
Despreciable, soviético, cutre.
La delegación de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla que dirige Josefa Medrano, que es la que prohibió el acto por " apología del franquismo",evidentemente,no ha leido a Foxá.
Tampoco es de extrañar de quien calificó como "democracia ejemplar" a Cuba o en un alarde de su nivel,dijo que de los naranjos sevillanos florecían los jazmines.
¿De qué nos sorprendermos? Son los mismos. Los concejales de IU que han censurado el homenaje son los herederos de los líderes que pusieron mordazas de hierro en todos los países donde gobernaron, que metieron a los disidentes en manicomios y establecieron una censura ferrea en el plano cultura, hablando siempre en el nombre del pueblo, del que tenían la exclusiva representación. Es lastimoso que, después de tantos años, la derecha haya sabido evolucionar pero la izquierda (cierta izquierda) siga en el mismo sitio sin comprender que la verdadera cultura debe trascender lo político.
Hay que prohibir a Günter Grass porque fue nacionalsocialista...
Luis Alfonso:
Mediocre o no, no podremos saber si lo era si nos niegan sus versos. ¿Esta era la IU democrática? Acabáramos...
los jazmines para mi
Y pensar que después de que yo muera/vetará mi homenaje la Medrano./Que bajo el claro cielo sevillano/en el tiempo que dicen del membrillo/la Izquierda liberal echará fuera/a Aquilino y Rivero Taravillo...
Agustín de Foxá
Personalmente creo que el Foxá neopopularista es un cóctel indigesto, pero el Foxá reaccionario y el que aplica la lente esperpéntica sobre las sombras de la Guerra Civil me parecen llenos de talento y personalidad.
El asunto es viejo. Ya lo decía Foxá, aunque con menos entusiasmo que Torrijos:
"Vicentito Arellano regresaba del veraneo. Gracias a los sueldos de la República lo había pasado en San Sebastián, alejándose de los modestos agostos de otros años: El Escorial, La Granja o San Rafael. Estaba preocupado; sentíase bien situado en política, pero era preciso dar un viraje. El gobierno Azaña, prácticamente, estaba en crisis.
Los cadáveres de Casas Viejas, manejados en el hemiciclo por la oposición, habían resquebrajado el banco azul. Los radicales incluso habían tenido la fortuna de encontrar una frase feliz pronunciada por Martínez Barrio. Aquél era el gobierno del fango, la sangre y las lágrimas.
Vicentito lanzaba cables a los radicales, usufructuarios de aquella frase. Él siempre había admirado a Lerroux. Con todos sus defectos le parecía un patriota. En octubre todavía le llamaba don Alejandro, pero aquellos días ya se atrevía a denominarle «don Ale». Penetró en el despacho de su padre. Don Gumersindo era uno de esos santos laicos que durante tanto tiempo deslumbraron a los republicanos. Porque los hombres de izquierdas tenían interés en demostrar que no era necesaria la religión para llevar una vida honesta.
-Ahí tienen ustedes a don Gumersindo -solían decir para terminar las discusiones.
Don Gumersindo era pulcro, nítido, con una camisa de nieve, cuello duro, venerable; abusaba un poco de su barba blanca.
-No quiero manchar mis canas con esto -solía decir- y pedía otro cargo en la Administración, generalmente más remunerado.
Quien condena un homenaje LITERARIO no entiende mucho de literatura y sí entiende de apuntarse el tanto de un progresismo mal entendido. Foxá es un excelente novelista y un gran poeta, como gran novelista fue también Sánchez Mazas. Transcribo uno de los poemas de Foxá y juzguen los "progres" si se puede decir que nuestro autor fuera sólo un rancio y trasnochado falangista. La calidad literaria está por encima del sectarismo, da igual de qué lado.
"Yo debí nacer en Grecia, yo debí llamarme Egisto;
entre andamios ver alzarse blanco y nuevo el Partenón.
Ciudadano de una Atenas anterior a Jesucristo;
asistir en el crepúsculo al banquete de Platón.
Yo debí escuchar, en Delfos, las proféticas palabras
junto a un templo entre naranjas y el racimo azul del Sur;
enlazar rosas ardientes en los cuernos de mis cabras
y llevar al toro blanco al cuchillo del “augur”.
Oír de noche a las cigarras empapadas de rocío,
alumbrarme con aceite, beber vino en el estío
en la copa moldeada sobre un seno de Friné.
El amor de una muchacha en mi vejez clara y fuerte
y, jovial Anacreonte, imaginar a la Muerte
como a un niño que apagara una antorcha con el pie"
Un poema muy conservador, ¿verdad? Un canto al catolicismo más retrógrado, ¿verdad? ¿Un poema de un falangista? Literariamente, al menos, NO.
(Pido disculpas por la distribución de los versos; es un "copiar y pegar" y Blogger no da para más. Saludos cordiales a todos
Perdone Ud, Píramo, pero el poema que cita es absolutamente falangista. El falangismo es un movimiento de vuelta a una Arcadia anterior al mundo moderno, exactamente lo que predica ese poema.
La cuestión no es que Foxá fuera falangista, en su vida y su obra, que lo fue, sino que se coarte la libertad de expresión de un modo totalitario. Y eso sería igualmente aplicable al falangista Foxá o al comunista Alberti.
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