Mucho es lo que se sabe ya de los Machado, pero todavía quedan enigmas, esquinas de sombras que nadie ha iliuminado aún. Quedan preguntas, pero lo malo es que muchos ni siquiera se las hacen. Aquí van algunas de las que yo me hago.
- Se conservan las cartas que don Antonio escribió a distintos corresponsales, recientemente editadas con todo rigor por Jordi Doménech (Octaedro), pero ninguna de las que estos corresponsales (Unamuno, Ortega, Azorín, Pilar Valderrama...) escribieron a Machado. Lo mismo ocurre con su padre, Demófilo. Se han podido rescatar muchas de las que él escribió (a Francisco Giner de los Ríos, a Murguía, a Schuchardt...) pero ninguna de las que él recibió de estas personas. A pesar de que a algunos de esos corresponsales les dice que guarda sus cartas como oro en paño. ¿Dónde fueron a parar todos esos papeles? ¿Por qué se han perdido como por arte de encantamento?
- José Machado. El menor de los hermanos. Pintor y dibujante. Pero las únicas pinturas suyas que ha visto uno son retratos de su hermano Antonio o ilustraciones para sus libros, especialmente los de teatro. ¿Pintó algo más? ¿Vivía de la pintura? ¿De qué vivía José Machado? ¿Vivía con la madre o tenía domicilio propio?
- ¿Y Joaquín? Fue el hermano que marchó a América y volvió fracasado. En algún momento de su vida (tampoco sabemos cuándo) sufrió una laringoctomía. ¿Le impidió eso trabajar?
- Parecen cuestiones intrascendentes, pero que tienen su importancia. ¿Destinaba don Antonio Machado buena parte de su sueldo a mantener una extensa familia de madre, hermanos y sobrinos? ¿No explicaría eso, mejor que cualquier otra cosa, su extremada austeridad de vida?
5 comentarios:
Interesantes reflexiones.
Saludos
Machado como Maradona.
Muy bueno Enrique.
Esto da para seis o siete novelas históricas pero en una entrada de blog como que queda más redondo.
Post Scritpum Sorprendentemente creíble, por cierto.
Eso es porque a la familia Machado la tenemos muy cerca. Pero conforme nos alejamos en el tiempo, es curioso que se disipan las pequeñas menudencias que son las que de verdad importan e inquietan en la vida. Aún de Cervantes podemos adivinar la pobreza, o las estrecheces (esto se ve bien en la dedicatoria de la segunda parte del Quijote).
Un abrazo Enrique
No sé si lo parecen, pero no son nada intrascendentes esas cuestiones.
Cuántas cosas hay de las que no se habla por pudor, por respeto o porque a nadie le importan, y que son decisivas en la vida de cada uno.
Y el asunto del dinero, hoy que se ventilan sin problema los asuntos más íntimos, es de los pocos temas tabú que resisten.
Algo de razón tenía Bloy cuando bramaba y lo veía como un convencionalismo mordaza, impuesto a los muertos de hambre por la gente bien para no amargarse el postre. Claro que para ponerse el tabú de sombrero hay que ser Bloy, y Machado se le parecía poco.
Extremada austeridad de vida y extremado respeto y discreción. Hay mucho de eso en la vida de muchos intelectuales.
Que te lo hayas planteado es otra cosa más que te honra
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