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(LA AMANTE). Tu mujer y tus hijos te olvidaron. Yo todavía no.
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(LA VIEJA SOLTERONA). Flor nunca cortada. Me reservé para
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(EL PAYASO). Ahora el que ríe soy yo.
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(EL TORERO). ¿Me mató el toro o me mató el Destino?
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(EL GUARDIA CIVIL DE TRÁFICO). Aquí donde estoy, ya todos circulamos a la misma velocidad.
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(LA CORTESANA
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(EL POLÍTICO). Por fin gobierno con una mayoría más que holgada. Aquí lidero el partido de la abstención.
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(EL NIÑO). No lloréis. Yo me libré de la vida a tiempo.
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(EL NIHILISTA). La muerte no es nada. O sea, como la vida.
6 comentarios:
Muy buenos epitafios, me hacen pensar en los de Alejandro o Groucho Marx. Saludos.
qué bueno. el del niño me ha dao.
un abrazo, enrique. chichimeca no te olvida (jaja, tú epitafios y yo coronas...)
El del niño, sí. Y el del guardia civil, es buenísimo.
Y qué detalle más fino el de quitar los humos, aunque no molestaban nada, eh, más bien al revés. Los buenos propósitos sólo llegaron al décimo día...a ver si a la próxima va la vencida. De todos modos, muchas gracias.
(EL VAGO). Ahora que quería doblarla...
(EL IMPOTENTE). ¡Por fin tiesa!...
(EL CULTURISTA). Me pasé con las pastillacas...
Perdona Enrique, el comentario anterior es mío, se me escapó la tecla.
Muy buenos, especialmente el del nihilista. Me ha recordado a un soneto de Hierro, que le da un juego asombroso a la palabra nada.
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