Primero se enfrentaron las tribus, unas contra otras, en razzias y emboscadas. Constituidas las naciones, llegaron las guerras inacabables.
Y las guerras, por desgracia, no se han acabado o, peor aun, no parece que vayan a acabarse... no sé si decir nunca.
Pero tenemos el fútbol, ese gran sustituto, ese colosal Ersatz: combatimos, luchamos y finalmente vencemos sobre Holanda (como en tiempos del Duque de Alba...), pero esta vez sin sangre, sin bajas propias ni ajenas... aunque no sin patadas y zancadillas.
Lo celebramos. Nuestros tercios, digo, nuestros balonpedistas han vencido. La alegría se desborda en calles y plazas, dentro mismo de los hogares, en las tabernas y en los mismos hospitales y asilos.
Casi como en otros tiempos se celebraba una victoria, como aquella grandiosa de Lepanto.
Esta vez, sin embargo, no esperamos un Te Deum (en mi retiro, sin embargo, yo lo rezo).
Viva el fútbol, viva el deporte, que tantas alegrías da a tantas gentes, especialmente a las más sencillas, y que tanto puede unirlas.
Todo cambia, y todo tiene un aspecto positivo y un aspecto negativo.
El fútbol como mecanismo de sustitución. Pero no nos olvidemos que nuestros soldados, ahora mismo, están luchando en una guerra en un país lejano y montañoso. Y allí no hay rodillazos ni zancadillas, hay minas y morteros.
Por descontado, también ellos, nuestros soldados, los que no estuvieran de guardia, habrán visto la final. Y lo habrán celebrado como todos.
Ojalá y celebremos pronto su victoria sobre el islamismo fanático. Pero eso es más difícil. Y va a costar sangre.
8 comentarios:
Me uno a sus deseos.
Cordiales saludos.
Apoyamos tu reflexión
IES C. Monroy
Gran entrada. ¡Feliz san Enrique!
Con mi apoyo. El Islam radical es un problema enorme que se alimenta de nuestro auto-odio y auto-resentimiento. No se trata de ser eurocentrista, sino de ser sensato y fuerte -empezando por uno mismo-.
Queridos jefes del Monroy, gracias. No sabéis cuánto os echaré de menos. Y no es coba, que ya no necesito daros coba, jeje.
Y en efecto, como dice Mora Fandos, nada contra el Islam, sino contra el fanatismo salvaje y talibánico que, ellos sí, nos han declarado la guerra.
Porque además recordemos que la mayoría de las víctimas de atentados islamistas son musulmanes, a veces incluso mientras rezaban en sus mezquitas.
Donde hacen falta las tropas no es en wl Afnagistán, sino en Barcelona y en Bilbao y más hoy, 18 de julio.
Publicar un comentario