De ella entresaco un dato curioso (pp. 59-60) , que tal vez no pase de anécdota sin mayor trascendencia, pero que..., ya digo, es curioso.
"Consciente de las dificultades que el sistema vigente y las trampas extralegales ponían al trabajo electoral de la oposición, nuestro hombre urdió, según su propio testimonio, una ingeniosa estratagema para derrotar al caciquismo con sus propias armas. Costó no poco vencer los escrúpulos de muchos veteranos socialistas, pero al final el plan se llevó a cabo, con el compromiso de no repetirlo nunca más cualquiera que fuera el resultado. Se trataba de imprimir unas papeletas electorales deliberadamente defectuosas, en las que figuraran, en la parte superior y en caracteres reducidos, pero legibles, los tres candidatos socialistas y debajo, en grandes caracteres, pero distorsionados para que resultaran ilegibles, los nombres de los gubernamentales. Si algo le sobraba al socialismo madrileño eran tipógrafos expertos capaces de ejecutar el plan de las papeletas trucadas. A la hora del escrutinio, los presidentes e interventores tuvieron que dar validez a los votos obtenidos por los candidatos socialistas, cuyos nombres aparecían en primer lugar, gracias a muchos electores que les votaron sin percatarse del ardid. Por el contrario, los nombres de los candidatos oficiales resultaban ilegibles y, por tanto, no pudieron ser contabilizados."
Y así fue como Largo Caballero y Pablo Iglesias se convirtieron en concejales en el ayuntamiento de Madrid, en 1905.
¿Comenzaba a aplicarse lo del fin justifica los medios? ¿Prevalecía la teoría del todo vale? ¿O se trataba sólo del viejo refrán de que quien le roba a un ladrón...?
En cualquier caso, se trata de una anécdota de 1905. Y eso queda ya tan lejos...
1 comentario:
Al leer su entrada me ha venido inmediatamente el 11m y Rub-Al-Cabra a la cabeza
¿Por qué será?
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