Cuando se comete un error, justo (y necesario) es reconocerlo. En este caso, el error se llama precipitación, apresuramiento, o quizás, para ser más autoexigentes, también incluso atolondramiento. No se ha esperado a que acabase el año..., y ya se ve que el Adviento es tiempo también propicio a la poesía. Faltan nombres, títulos...
Entonces, he pensado en que lo mejor será "descolgar" la encuesta, para volverla a poner en enero, ya con los polvorones digeridos.
Y dicho y hecho.
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