Lo que cuesta un libro no es lo que un libro cuesta. No es ese el problema. La cosa surge cuando, a lo largo de tu vida, ya te has comprado unos cuantos miles de libros. ¿Dónde los almacenas? ¿Qué piso o casa tiene hoy los suficientes metros cuadrados como para albergar una biblioteca de, pongamos, tres mil volúmenes? No digamos para una de diez mil.
Yo tengo mi biblioteca repartida en dos pisos y un trastero. Y aun así, de vez en cuando, me veo en la obligación de dar algunos, de vender otros... Y las estanterías, que esa es otra. ¿Cuánto vale el metro de estantería de madera? Y el polvo...
Así que no nos engañemos, ser poseedor de una regular biblioteca significa ser una persona con ingresos bastante superiores a la media. Una biblioteca es un signo externo de riqueza.
Claro que siempre se podrá recurrir a abastecerse de lecturas en una biblioteca pública.
Pero, para lectores exigentes, eso no será nunca bastante. Sobre todo, si uno no se conforma con sota, caballo y rey.
Y al final, ¿qué ocurrirá con ese pequeño o gran patrimonio acumulado a lo largo de toda una vida?
Pues que lo más probable es que se convierta... en sombra, en humo, en nada. Todo lo más en calderilla arrancada de las manos de un librero de viejo.
20 comentarios:
Exactamente, irá a la almoneda. La solución definitiva: un reader. Ya sé que resulta poco romántico, pero es lo más práctico y barato.
Un abrazo.
Yo creo que hay una solución, para que el vicio lector no degenere en invasión insoportable, y es distinguir muy bien los libros que sólo queremos leer de los que queremos comprar (o tener). Yo procuro hacerlo así, y hasta ahora mi biblioteca (tengo más de 50 años) se mantiene en límites aceptables.
Efectivamente, los libros propios acumulados en una casa particular, terminan siendo un problema (y a veces, grave).
Pero también es inevitable que a través de los años te encuentres con un montón de ellos (cien, o doscientos, o quinientos o mil o miles) y que no sepas donde colocarlos; conozco a gente que los tiene repartidos entre el dormitorio, el pasillo y en tres sitios distintos del salón-estar-comedor; también los tiene en la cocina y hasta en el cuarto de aseo; el caso es qué hacer con ellos, con los que has convivido desde hace muchos muchos años, que los quieres como a tu vida misma, si, si, como a tu vida misma puesto que han convivido contigo desde que tienes uso de razón (o antes, en algunos casos)
Decía Garriga Vela que le gustaba oler los libros, tocarlos, acariciar sus paginas y penetrar en ellos, así que ¿cómo decirle que los lleve a ninguna almoneda, Amigo José Miguel?; y es que a fuer de ser un deleite para su lector, no se espera de el ninguna traición: ahí estará siempre para darte lo que sabes le puedes pedir; decía Fernández Tresguerres que el libro es uno de los hechos más prodigiosos y sorprendentes de la historia de la humanidad, y una de las creaciones más significativas de nuestra especie y creo que lo decia muy atinadamente;
“Podrás viajar en el tiempo, moverte en el espacio, descubrirás el interior de las personas y navegarás por mundos difícilmente imaginables.- No te hace falta máquina alguna para ello, solamente Literatura, y si es de la buena, mejor.- Todo tipo de género u autores, aquellos que siempre nos han gustado y otros que aún están por descubrir.- Todo cabe en un buen libro, saberlo escoger es nuestro único trabajo, y no siempre el más sencillo.- En el universo literario encontraremos nuestro planeta particular en el que sentirnos a gusto y poder pasar ratos memorables”. Dice un catálogo de la casa del libro.
Pero ¿qué hacer?, y yo, en la setentena ya, que tengo libros desde marzo o abril de 1.954 hasta el 17 de noviembre de 2011, y algunos de ellos, por mor de haberse oscurecido sus páginas y clareado sus letras, no puedo ya leer, ¿qué hacer?, ¿deshacerme de ellos? de ninguna manera, ahora mismo para los que tengo encima de cuatro sillas, les busco y hago sitio debajo de la cama, (sin que nadie se entere) arrinconando los que están viviendo ya allí.
Buenas tardes Enrique,y lo peor es que, aunque no tengas ya sitio ni para albergr un libro más sigues comprando libros, como si fueras tonto. Un abrazo
Primitivo
P.D. Por si quieres pasar unos minutillos en mi blog, "bajo una coliflor" te dejo la dirección:
http://panaderocomo.blogspot.com
Pues a mi me dan vida, siempre llevo uno en el bolso para leer en la parada del autobús, en un parque, en un bar, incluso en la calle cuando quiero recordar algo me paro y leo un momento.
Me encantaría tener una biblioteca donde poder entrar y estar sola cuando escribo en mi casa. Por este motivo los tengo por todos los sitios. Soy adicta a los libros, tienen una sustancia divina que se cuela por la pupila de los ojos, relajan las manos y enriquecen el espíritu, el cuerpo, la vida.
Enrique, es verdad que cuestan mucho, deberían bajar los precios porque me tiro mucho tiempo hojeándolos en las librerías,en los grandes almacenes.
Una vez me llamaron la atención porque apuntaba en un mi cuaderno frases y opiniones que iba tomando de uno y otro.
Claro, para esto tenemos internet, pero prefiero el papel.
* * *
Dejé a una profesora "Historia de una gaviota y el gato que le enseñó a volar" de Luis Sepúlveda y cuando me dijo que lo había perdido haciendo obra en su casa, me entró de todo.
En definitiva, necesito el contacto físico y psíquico con ellos.
Un beso.
fetichistas del lomo es lo que somos...
reconocedlo, acudimos a la mesa de trueque de la B. P. Infanta Elena y tomamos pero no damos...
pero... lo que nos ahorramos...
La biblioteca del hombre del siglo XXI cabe en los 24 x 0.8 cm que mide un iPad :)
eres mi cruz, ¿me has dicho fetichista? ¿del lomo?...
lnj... hablaba del gusto por el libro como objeto...
en la encuadernación antigua, el lomo solía ser la parte más cuidada y elaborada de toda la cubierta... por la sencilla razón de que es lo único que se muestra en las estanterías... luego llegaron las portadas... Daniel Gil y sus maravillosos diseños para Alianza Editorial... y el lomo pasó a un segundo plano...
yo soy un fetichista del lomo... tú, no sé... pero soy todo oídos...
Se refiere al "lomo sapiens", oiga.
para los fetichistas de la portada... hay un trabajo extraordinario en internet donde se pueden ver los 938 diseños de Daniel Gil para Alianza... ver aquí
Eres mi cruz, si te metieras por esta pantalla cuando escribo, le darías otro sentido a mi forma de opinar.
¿Quieres oírme?
Pues soy fetichista de la lencería fina, de calados suaves y color carne. Y a veces, por no llevar, no llevo nada.
Genial los diseños de Daniel Gil,era otra época y el lomo como debe ser. Ahora las portadas son todas iguales, al menos, a mí me lo parecen.
* * *
Anónimo, al lomo sapiens o al Mono desnudo de Desmond Morris.
Al final, todos somos muy monos.
lnj, puede que no compartamos fetiche pues de tan delicado género estoy falto de letras... pero estaría dispuesto a un trueque por lomos usados... una o dos veces a lo sumo...
Pues aquí va este enlace: sí, lo que cuestan los libros...
http://www.levante-emv.com/cultura/2011/11/28/gasto-libros-valenciana-peor-dato-ultimo-lustro/860342.html?utm_source=rss
y aquí este otro, Enrique...
es el tique de compra del Ulises de la colección Letras Universales de Cátedra... filetón rústico de 1104 páginas... 10,82 euros al cambio de 2001...
por curiosidad, he consultado el precio de la última edición... 18,70 euros...
en diez años, las estanterías cuestan más o menos lo mismo... pero su contenido se ha puesto un 73% más cara... a lo mejor esto es lo que habría que recordarle también a la presidenta de los libreros valencianos... ¿qué te ponen hoy por 10 euros?... carpaccio y sin guarnición...
Muy interesante lo que dices. A lo mejor se trata de repartir en vida... (hijos, sobrinos,amigos...) De las ventas en librería de viejo, yo he vivido esa pena, sí, de sentir que alguien ya no estaba para leer lo que yo me llevaba, pero, a la vez, pensaba que en mi caso, ese libro había caído en buenas manos.
No sé si hay que tener un mejor nivel económico para ser el poseedor de una amplia biblioteca que, además, se va formando poco a poco en el tiempo. Tal vez sea un tema de preferencias de en qué quiere cada cual gastarse su dinero.
Saludos.
_eres mi cruz, de acuerdo, tú decides, te tomo la palabra: tú me das un libro y yo te doy una prenda interior (pero tiene que ser el libro más caro de la historia). Adivina cuál es.
Al trueque deberíamos volver, donde empezó toda esta historia del dinero. Corrígeme si me equivoco.
Enrique, hablamos de libros y nos volvemos locos:
El escritor Heinrich Heine escribió en 1821 “Ahí donde se queman libros se acaba quemando también seres humanos”.
¿Os imagináis que se quemaran todos los libros del mundo?
Besos.
el que no tiene precio, el alma inalienable... si tu prenda interior se parece algo a esto, lnj... ¿hasta donde estarías dispuesta a enajenarte?...
(viejo truco de responder a una pregunta con otra, Rubalcaba es su último gran exponente...)
no me respondas...
Creo que más que un signo externo de riqueza es un signo interno de riqueza "intelectual" que muy pocos pueden apreciar. Es decir, a mi casa sólo vienen mis amigos y otra mucha gente con la que me relaciono no tiene ni idea de que mi biblioteca supera los 3.000 volúmenes. Creo que es, básicamente, una satisfacción personal. Para estar mejor considerado socialmente debería de haber invertido el dinero en un coche de marca, de alta gama. El coche es lo único que cuenta en nuestro infeliz mundo.
Publicar un comentario