Las últimas horas del año que acaba me dejan entre las manos este poemilla:
La vida se nos escapa…
Pero, en el tiempo, que vuela,
¿se escapa el alma del alma?
Ya sé que es poca cosa, ya sé que es algo triste, y quizás inapropiado para estas fechas, pero es lo único que se me ocurre para felicitar a mis lectores, cuatro o cinco, en esta despedida, si se mira de un lado, o bienvenida, si se mira de otro.
Feliz, próspero, fecundo 2006.
1 comentario:
Mis mejores deseos también para ti, Enrique. Ah, el poemita no me parece triste sino al revés: algo permanece.
Saludos desde Extremadura.
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