Alguien ha llegado a mi blog buscando en Google, así, entre comillas, “Vida sexual de Francisco Brines”. Naturalmente, mi blog no contiene ninguna información sobre la vida sexual del poeta de Elca, aunque sí trae en algún apunte la expresión “vida sexual”. Y también, por supuesto, se menciona a Brines en alguna ocasión, creo que con motivo de su discurso de ingreso en la Academia. Y claro, Google, al fin y al cabo, no es más que una máquina.
Que ese alguien no se preocupe, no sé su nombre, ni su dirección, ni me interesan. Tampoco considero nada monstruoso ni perverso ese interés por la vida sexual de los poetas. La curiosidad es como una veleta, que gira según el aire de cada cual.
Y ahora que caigo, la próxima vez que el anónimo internauta busque en Google la “vida sexual de Francisco Brines”, Google le volverá a traer a esta bitácora. Y esta bitácora volverá a decepcionarlo.
1 comentario:
Con esta anécdota creo que ya puede entrar en el parnaso cibernético posmoderno, del que Vicente Luis Mora tiene la llave.
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