Mi amigo el poeta D me cuenta que conoció una vez a un señor, abogado, llamémosle X, que había sido condiscípulo de Luis Cernuda en la Facultad de Derecho de Sevilla.
Naturalmente, D se interesó por lo que pudiera contarle X. Y le hizo la pregunta de rigor:
- ¿Qué recuerda Vd. de Luis Cernuda?
- Yo no era amigo suyo, pero recuerdo una imagen que se me quedó grabada. Entre clase y clase, Cernuda se alejaba del grupo y se iba a apoyar en una de las columnas del patio, abstraído de todo y de todos. Parecía que quería que nos fijásemos en él.
Dio uno en creer, al oír esta anécdota, o más bien imagen recordada, en la verdad de eso que se dice de que, efectivamente, una imagen vale más que mil palabras.
Pero no, mil páginas tendrá, cuando esté acabada, la biografía de Cernuda escrita por Antonio Rivero Taravillo, y no habrán sido ociosas.
Porque mil páginas, si no más, serán necesarias para explicar esa imagen. Nunca, por cierto, registrada en placa fotográfica alguna.
7 comentarios:
redonda entrada.
Ya ha aparecido, la biografía. Por cierto, que el tal Rivero Taravillo me sonaba sólo de traductor del gaélico (Flann o´Brien, "La boca pobre"). Ya se ve que tiene más facetas.
Esas mil páginas, y más, también son necesarias para explicar una sola palabra: Cernuda.
Perdona que evite el estilo "trapiellano" de X y otras cuestiones enigmáticas o de salones perdidos, pero anécdotas como esas las cuenta Luis Antonio de Villena en un libro magnífico titulado "Rebeldía, Clasicismo y Crisis. Luis Cernuda. Asedios plurales a un poeta príncipe" (Pre-textos); sobre todos aquellos que el propio Alexandre le contó a Villena.Saludos miles. Dejaré un enlace en mi bitácora.
http://tropicodelamancha.blogspot.com
Suscribo las palabras de G.-Máiquez, y añado que estoy leyendo el libro de Rivero Taravillo y, de momento, cumple con mis expectativas.
Yo aprovecho la ocasión para recomendar con todo encarecimiento el libro de Flann O'Brien aquí arriba mencionado. Las risas más despejadas y largas que me he echado con un libro en los últimos digamos diez años a él se las debo.
Ahora, que difícilmente traducible lo veo.
Aclaro (no quisiera parecer pedante sin querer, bastante lo hago queriendo) que yo "The poor mouth" la he leído en inglés, y tras levantarme a mirar compruebo que es una traducción, o sea que de lo dicho más o menos nada (salvo que el salto a español es mayor, quizá, o sea que ese humor en inglés funciona con más naturalidad).
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