¡Tus labios en mis ojos!
Qué dulzura de estrellas alisa lentamente
mis párpados caídos...
Nada existe del mundo. Sólo siento tu boca
y el temblor de mi espíritu hecho carne de luz.
Sé cruel al besarme. Desgarra mis pupilas
y arranca de su sombra la lumbre de mi sueño.
Con ella te daré mi última mirada.
¡Abrásame los ojos! Que el peso de tus labios
despoje mi horizonte de lo que tú no has visto.
Quiero olvidarlo todo y anularme en la niebla
que ciñen tus caricias.
¿Quién habrá escrito este poema? ¿Un hombre? ¿Una mujer? ¿Escriben y, sobre todo, sienten de modo diferente el varón y la varona? En estos versos, ¿hay sexo?
Ya daremos los datos. Ahora, sólo, los interrogantes.
8 comentarios:
Parece el ahnelo de unos fuertes besos en una piel, la de los ojos, ya vieja. Es como si lo hubiera escrito un señor o señora en el ocaso de sus días y para el amor de toda su vida.
No sé, pues, si hombre o mujer.
Por la escritura, si no manifiestas el femenino o el masculino refiriédote al "yo", es difícil conocer el sexo el que escribe.
En internet me ha pasado que , utilizando un nombre o nick neutro, los demás han creído que era hombre.
Esa es mi experiencia.
Tristes serían los besos que nos abrasaran los ojos y nos dejaran ciegos.
Ojalá los besos fueran transparentes, y nos dejarán ver a través de ellos a las personas que los dan.
Por otro lado, el poeta es poeta, independientemente de su sexo :)
Ernestina de Champourcin
Yo apostaría por una poeta; para un poeta sería demasiado políticamente incorrecto, en los tiempos que corren, decir aquello de "sé cruel al besarme".
En cualquier caso, no estaría mal que alguna señora (o señorita) me dijera esto al oído...
Añado: En los versos no hay sexo.
Bingo: en efecto se trata de Ernestina de Champourcin.
Una mujer, sí.
Se trata de un poema de juventud.
yo creo que el esritor es un hombre con mucha sensibilidad, confundible con mujer en sus letras. Es muy bonita y esoty con morgenrot en que parece escrita en el ocaso, yo me atrevería a decir que parece escrita poco antes de morir, no necesariamente en el ocaso, de hecho creo más bien que son manos jóvenes las que escriben.
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