El 12 de marzo de 1910, José Ortega y Gasset dicta la célebre conferencia en la Sociedad "El Sitio" de Bilbao, "La pedagogía social como programa político". Así hablaba Ortega:
"Si la educación es transformación de una realidad en el sentido de cierta idea mejor que poseemos y la educación no ha de ser sino social, tendremos que la pedagogía es la ciencia de transformar las sociedades. Antes llamamos a esto política: he aquí, pues, que la política se ha hecho para nosotros pedagogía social y el problema español es un problema pedagógico".
Y añade:
"Claro está que, para mí, escuela laica, es la instituida por el Estado. Contradiría cuanto he dicho, admitir la libertad de enseñanza que hoy tan aguerridamente toman como bandera los anarquistas conservadores apenas el Estado trata de inmiscuirse en la enseñanza ya privada.
Para un Estado idealmente socializado lo privado no existe, todo es público, popular, laico. La moral misma se hace íntegramente moral pública, moral política: la moral privada no sirve para fundar, sostener, engrandecer y perpetuar ciudades; es una moral estéril y escrupulosa, maniática y subjetiva. La vida privada misma no tiene buen sentido: el hombre es todo él social, no se pertenece; la vida privada, como distinta de la pública, suele ser un pretexto para conservar un rincón al fiero egoísmo, algo así como esas hipócritas Indians’ Reservation de los Estados Unidos, rediles donde se encierran los instintos antisociales de una raza caduca.
No compete, pues, a la familia ese presunto derecho de educar a los hijos: la sociedad es la única educadora, como es la sociedad único fin de la educación: así se repite en las aplicaciones legislativas concretas la idea fundamental de la pedagogía social: la correlación entre individuo y sociedad."
La ventaja de Ortega es que lo dice todo muy clarito. Y luego cuentan que este hombre era liberal. O que Zapatero es un indocumentado.
16 comentarios:
Pocas veces he tenido tan acentuada la sensación de estar a la vez en total acuerdo y ferozmente en contra.
Si trato de conciliar ambas reacciones me sale, a vuelapluma, que en efecto para el estado lo privado no debe existir, pero que el rincón del fiero egoísmo ha de ser tan amplio, confortable y protegido como permitan las necesidades mínimas de organización.
Para mí el Estado debe ocuparse sólo de tres cosas: seguridad (policía y ejército), justicia y política exterior.
Todo lo demás pertenece al ámbito privado de los particulares.
La educación ,por supuesto es derecho y deber de los padres y/o tutores, o de los propios individuos si son mayores de edad. De nadie más. Cualquier otro actuará siempre in loco parentis.
¿Y qué hacemos con el padre musulmán que educa a sus hijos en la teocracia y el desprecio absoluto a la mujer?
¿O el padre animal que les enseña a disparar contra todo el que les moleste?
¿O el padre abertzale que les incita a echar de su tierra a los maketos?
¿No debe la escuela contrarrestar los valores marcianos, perversos o directamente delictivos que a los padres se les ocurra meter en las cabezas indefensas de sus criaturas?
No es un tema sencillo, no.
Sí que andaba inspirado Ortega en este texto: totalitario y racista, como mínimo. El problema de Ortega es que le gustaba mucho escucharse y que lo escucharan. Era un esnob, como muy bien lo caracterizó Zenobia Camprubí, que sí era una dama... Esto no quiere decir que, a veces, no esté acertado y brillante: en las Meditaciones sobre el Quijote, por ejemplo.
El zote que dice (peor aún: que escribe, y nadie le avisa al chico): "ideología significa idea lógica y en política no hay ideas lógicas", es un indocumentado, pero tiene al insigne Peces Barba dándole clases particulares a destajo. Incluso ha conseguido que repita de memoria "la libertad nos hará verdaderos" y otras monadas por el estilo.
Aquí va la teórica:
-Reflexiones sobre la nueva asignatura "Educación para la ciudadanía", G.Peces Barba (El País, 22.8.2006. Muy recomendable también El País 16.4.2007-"Volver" a la Ilustración): "Por eso no pueden admitir que la enseñanza de un Estado democrático pueda transmitir los valores de libertad, de igualdad, de pluralismo y de justicia que están en el artículo primero de la Constitución. Tampoco otros complementarios como la tolerancia, la solidaridad y la seguridad. Ni las reglas y los procedimientos que aseguran la convivencia desde el Estado de Derecho. etc. etc."
Y ésta es la práctica:
- Peces Barba (el mismo artículo): "Se atreven a decir que la Educación para la ciudadanía es incluso inconstitucional. Desgraciadamente para ellos la sociedad no les va a seguir en ese intento teocrático de control..." (??)
-Peces Barba, declaraciones 13.3.2008: La Sentencia del TSJA reconociendo el derecho a la objeción de conciencia "no merece consideración ni respeto".
-OTRAS PRÁCTICAS DE CIUDADANIA:
http://www.lanacion.es//?p=6668
Puedo entender la desconfianza de cualquiera hacia la puesta en práctica de la idea, y puedo entender el rechazo del concepto mismo desde un punto de vista liberal (anarco liberal si se quiere): quién es el estado para impartir doctrina.
Lo que encuenytro sonrojantemente incoherente es el rechazo desde el catolicismo militante: hay que adoctrinar, pero sólo en mi doctrina. Venga ya.
No, Ignacio: adoctrinar a quien libremente se acerca a recibir doctrina, ya sea en la parroquia o en clase de Religión. No por cojones.
Me parece que esta vez, Ignacio, tu argumento no está a la altura del ingenio que acostumbras. Y eso porque no describes los hechos adecuadamente, es decir, tal y como son.
La educación católica (sea en centros confesionales o en la asignatura de religión católica) no es obligatoria. La recibe quien la desea. La que sí es obligatoria es la EPC.
Por otro lado, no olvidemos la creciente demanda de educación privada por parte de los padres. A este paso, pronto sólo quedarán en la pública los que no puedan estar en otro sitio.
Paradónicamente, es este concepto estatalista (o estalinista) de la educación la que está arrasando la enseñanza pública.
Todos sabemos que una de las principales razones de que los padres prefiramos en España la enseñanza privada a la pública, es el estado casi irreparable de ésta debido a las políticas de acción y omisión de sucesivos gobiernos de la democracia (de izquierda y derecha). Si en España hubiera una educación pública de mejor calidad, como la francesa, la alemana o… la finlandesa, otro gallo nos cantaría. La educación para la ciudadanía debería no existir, pues esta materia se tendría que aprender en las clases de lengua, literatura, filosofía y… gimnasia. Los adoctrinamientos de todo tipo son contraproducentes en la gente con sentido común. A mí me adoctrinaron en el catolicismo los padres claretianos y por eso llevo a mis hijos a un colegio privado no religioso.
Ojo, Patricio, que en Francia (y otros lugares)también se está dando una fuerte emigración de la pública a la privada. En todas partes cuecen habas.
Don Enrique, menos lobos con la libertad de elección. No habrá usted olvidado el empeño con que los católicos defendían hace nada el adoctrinamiento obligatorio, lo que protestaron cuando se hizo opcional, las maniobras disuasorias que despliegan en sus colegios para hacerlo obligatorio en la práctica. Esa libertad de elección no la pidieron, se les impuso y pelearon lo que pudieron contra ella.
Pero eso es lo de menos. O se está a favor de adoctrinar en la escuela o se está en contra (o se está perplejo, como yo, ante un grave dilema).
Los católicos están a favor de adoctrinar, pero sólo si es en lo suyo. ¿O aceptarían que las escuelas diesen doctrina a la carta? ¿clases de budismo zen, de nazismo, de fundamentalismo ecológico? Eso sí que sería respetar la libertad de los padres.
No me gusta que se enarbolen las banderas hipócritamente, y en este caso (como ocurría también en el del furor etimológico que les entró a muchos con el matrimonio) detecto una dosis bastante importante de doblez. Se defiende la libertad de elección de los padres siempre que elijan catolicismo.
Si el Estado no se inmiscuyera en la educación, probablemente habría colegios de todos los tipos y no tendríamos que estar hablando de esto. Cada cual enviaría a sus hijos a aquel que más se acomodara a sus creencias o principios, a sus necesidades y/o a sus posibilidades.
Por otro lado, lo que dices no me parece cierto: el Vaticano II se pronunció ya sobre la libertad religiosa y la primera ley en ese sentido en España data ¡de 1967!
Admito mi ignorancia en la nueva asignatura, pero, querido Enrique, creer que el legítimo derecho de los padres de querer elegir centro tiene que ver con "cierto stalinismo" de las políticas educativas ya es otra cosa.
Los padres, sevillanos, por ejemplo, que quieren que sus hijos vayan a un centro concertado no confían en el valor de lo público; todo lo que pueda resolverse desde el ámbito privado, piensan, es lo mejor. El liberalismo mal entendido les lleva a exigir que el Estado intervenga lo menos posible en la vida pública, mientras este alejamiento no perjudique sus derechos. Son los mismos que defienden el uso privado del automóvil, las asociaciones elitistas o la objeción fiscal mientras no te pillen.
Los centros concertados no se eligen, salvo honrosas excepciones, por motivos religiosos (véase los datos de participación de los padres en las catequesis que en esos centros se desarrollan). Elegimos los centros concertados porque estos garantizan una socialización de nuestros hijos en el grupo humano en el que deseamos que vivan; sin emigrantes, sin alumnos provinientes de otros grupos sociales, etc.
¿Alguien se ha preguntado por qué en la mayoría de los centros concertados no hay integración de alumnos con minusvalías psíquicas?
Si la sociedad española valorara lo público como otros países europeos el problema de los centros concertados frente a los públicos desaparecería. Si el mundo en el que vivimos fuera más igualitario, si las separaciones entre clases sociales no siguieran siendo tan abismales todos estos temas se verían de otra manera.
A lo mejor hay que recordar el espíritu igualitario e intersocial del servicio militar-
¿estaría usted, entonces, a favor de que hubiera escuelas privadas con ideario nazi?
¿Cree que existe el derecho de los padres a enviar a sus hijos a una escuela nazi?
Sobre concilios vaticanos etc, sólo puedo responder de mi memoria, que no llega tan lejos: recuerdo perfectamente, en los 80, la férrea oposición del catolicismo español a que la asignatura de religión (o sea, el adoctrinamiento) fuera opcional.
Como anillo al dedo viene el discurso de Ortega a la realidad actual.
Ortega, estimo, propugna un necesario equilibrio entre el estado y el individuo; entre lo social y lo individual.
La moral y escala propia de valores de un sólo individuo surge de su formación, genes, circunstancias etc y es absolutamente respetable, como respetable y necesario es que eduque a su prole en función a su escala de valores y herencia educacional.
Si no hay ese equilibrio entre el individuo y el estado, podemos hablar tranquilamente de Hobbes y su Leviathan.
Pues nada; menos historias y todos a opositar para la pública para que pueda estar en las mismas condiciones que la red privada y que con la libertad de cátedra de la que tenemos que presumir y presuponer, of course, podamos hacer de nuestra capa un sayo. Vaya si cambiarían las cosas!
Saludos a todos. (Uhm, vaya nivel. Enhorabuena!)
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