"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."
Sir Arthur Conan Doyle
miércoles, 18 de junio de 2008
Sorpresas esperadas
Soñé que le daban este año el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales a Réné Girard. Cuando me desperté, leí en los periódicos que se lo habían dado a Tzvetan Todorov. Hombre, dónde va a parar.
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
Estimado Don Enrique:
Disculpe nuestra ignorancia enciclopédica, pero ¿nos podría explicar quién es quién? Gracias.
Cuando he leído "Todorov", he tenido que ir raudo a la wikipedia para cerciorarme de si está vivo o muerto (y es joven). He escuchado este nombre desde que estudiaba el bachillerato (finales de los 70).
(Apúntate un tanto, Enrique, me he enterado del premio por tu blog...).
Pues ya podía decirle Todorov al Sr. Zapatero lo que piensa sobre la clonación, o sobre "el hombre nuevo", o sobre el empeño por imponer "valores únicos", o sobre el asombro que le causaba la estupidez de los jóvenes y los "intelectuales" europeos izquierdistas y procomunistas, como ha contado en alguna entrevista:
"Lo que para mí fue entonces un misterio era que gente que consideraba libre e inteligente simpatizara con un régimen del que yo había huido. En París no había hambre sino abundancia; no existía un Estado represivo, había libertad. Así que me producía la mayor de las perplejidades que algunos defendieran un sistema totalitario..." Aunque para qué, si ellos nunca se dan por aludidos.
3 comentarios:
Estimado Don Enrique:
Disculpe nuestra ignorancia enciclopédica, pero ¿nos podría explicar quién es quién? Gracias.
F.
Cuando he leído "Todorov", he tenido que ir raudo a la wikipedia para cerciorarme de si está vivo o muerto (y es joven). He escuchado este nombre desde que estudiaba el bachillerato (finales de los 70).
(Apúntate un tanto, Enrique, me he enterado del premio por tu blog...).
Pues ya podía decirle Todorov al Sr. Zapatero lo que piensa sobre la clonación, o sobre "el hombre nuevo", o sobre el empeño por imponer "valores únicos", o sobre el asombro que le causaba la estupidez de los jóvenes y los "intelectuales" europeos izquierdistas y procomunistas, como ha contado en alguna entrevista:
"Lo que para mí fue entonces un misterio era que gente que consideraba libre e inteligente simpatizara con un régimen del que yo había huido. En París no había hambre sino abundancia; no existía un Estado represivo, había libertad. Así que me producía la mayor de las perplejidades que algunos defendieran un sistema totalitario..."
Aunque para qué, si ellos nunca se dan por aludidos.
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