"En el socialismo y en el comunismo está almacenada la energía potencial del futuro próximo."
¿A quién pertenecen estas palabras? ¿A Largo Caballero? ¿A Andrés Nin? ¿A Enrique Líster? ¿A la Pasionaria? ¿A Max Aub? ¿A Rafael Alberti?
No: a Ramón Pérez de Ayala.
Las cita Andrés Amorós en el prólogo de su edición de Tigre Juan y El curandero de su honra (Madrid, Castalia, 1980).
Supongo que esas palabras son anteriores a 1936, pero no demasiado.
Si las copio aquí es por poner otro ejemplo de la enorme fascinación que la idea del socialismo ejerció sobre nuestros intelectuales (Unamuno, Ortega... pero también Chesterton o Péguy...).
Y de esa energía potencial, ¿qué se fizo? Ésa es otra historia.
5 comentarios:
¡Buf! Y si la fascinación se hubiera acabado en el 36... O al menos en el 89...
¿Chesterton? Él creía en el "distributismo" que, igual de utópico, es muy distinta cosa. Decía –y Belloc y todos los de la Liga Distributista– que tanto el capitalismo como el comunismo atentan contra la propiedad privada: en ambos casos la propiedad la acaparan sólo unos pocos. Cada ciudadano debería poseer la casa en la que vive (no pisos, sino casas, atadas a la tierra natal), y unos acres de terreno.
Peguy, en cambio, sí que se sintió socialista.
El distributismo de Chesterton era un sucedáneo del socilaismo, al igual de la llamada Doctrina social de la Iglesia.
En mi opinión, claro.
"Comunismo" es una palabra en principio inocente que se la apropiaron las distintas estirpes marxistas. Recordar que comunistas eran las primeras comunidades cristianas (según nos informa el libro de los Hechos de los Apóstoles) y el mismo Tomás Moro. Aunque tal vez haga con esto un abuso de la etimología, no sé.
Doctrina social de la Iglesia es un pleonasmo, en mi opinión también, claro. Pero "socilaismo",como dice más arriba, que suena a socios y a laicismo, está muy propio.
Felicidades adelantadas, por si no puedo dárselas el domingo. Que lo pase muy bien.
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