Francisco Morales Padrón, catedrático de Historia de América, ha publicado recientemente un libro titulado Jesús de Nazaret. Realidad y fabulación (Sevilla, Renacimiento, 2008), sugerente y bien escrito, pero del que, por momentos, no sabemos muy bien qué pensar.
Veamos, por ejemplo, el capítulo "El extraño episodio de Emaús".
"El relato -comienza por decir nuestro autor- es tan bello como el de la Samaritana. Si el episodio del pozo únicamente lo relata Juan, el de los discípulos de Emaús sólo lo refiere Marcos cuyas líneas encierran pruebas convincentes de la Resurrección de Cristo."Pasemos por alto que no es Marcos, sino Lucas el que refiere este episodio: puede ser una errata o un despiste (porque luego, en efecto, cita a Lucas). Vayamos al meollo, que es la Resurrección de Cristo. ¿Se trató de una Resurrección física o de una Resurrección simbólica? Dice Morales Padrón:
"¿Acaso cuando los discípulos decían que Jesús había resucitado de entre los muertos querían dar a entender que, del mismo modo que Elías había retornado a la vida al ser heredados su espíritu y su misión por Juan el Bautista, también entre ellos mismos habían cobrado nueva vida el espíritu y la fe de Jesús? Desde nuestra ignorancia estamos incapacitados para responder a estas preguntas."Y aquí es donde el lector da un respingo y dice: "Oiga usted, maestro, y si no sabe, ¿pa qué escribe un libro?"
Sobre la Resurrección de Jesús de Nazareth existe una abundantísima literatura, histórica, filológica, teológica... Porque no es cuestión baladí, sino la piedra angular del Cristianismo. Por lo menos, es lo que dice Pablo en la primera carta a los corintios: "y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo."
¿Acaso no se dice en Lucas: "Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo."? ¿Y qué tocó Tomás el incrédulo, símbolo o carne?
Bien está que cada cual adopte la postura que crea más honesta y más conforme a la verdad. Pero antes hay que estudiar bien el tema, y no dar por despachado un asunto sin documentarse, argumentar, razonar, rebatir, defender... que es lo que, a pesar de manejar bibliografía, no hace aquí Morales Padrón.
En fin, el libro del profesor está muy bien escrito, y es interesante y recomendable, se lee bien... pero... no se puede despachar de un plumazo, en párrafo y medio, una cuestión tan crítica.
Por lo menos habría que considerar estos dos puntos.
1º.- En los Evangelios se habla siempre de una Resurrección física de Jesús. Y el episodio de Emaús no lo contradice.
2º.- Jesús ha muerto como un fracasado. Sus discípulos (salvo Juan) huyen, se esconden, reniegan... ¿Qué ha tenido que ocurrir para que vuelvan a su misión, para que incluso estén ahora dispuestos a arrostrar el martirio? Sólo la Resurrección puede explicarlo.
(Los judíos dieron otra interpretación: que los discípulos habían robado el cadáver para luego decir que había resucitado... Y otra, los musulmanes: que Cristo realmente no murió en la Cruz, sino que fue llevado por ángeles al Cielo).
Hubiera sido conveniente detenerse algo más en esta cuestiones en un libro que, por lo demás, resulta de muy agradable lectura.
1 comentario:
Sí, Enrique, los libros de Morales Padrón, de pensamiento muy honesto, son siempre dignos de ser leídos. Éste lo he visto en la librería, aunque ahora que he leído tu comentario voy a llevarmelo.
Sobre la resurrección, que es desde luego el núcleo de nuestra fe, he oído que hay un libro reciente muy destacadado, y que dos años ha sacado tres ediciones, y ya ha sido traducido al brasileño:
Andrés Torres Queiruga: Repensar la resurrección. La diferencia cristiana en la continuidad de las religiones y de la cultura. Madrid, Ed. Trotta, 2003-2005.
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