LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

jueves, 11 de septiembre de 2008

Sólo quedó uno

En los diarios de guerra en el Madrid republicano (España sufre, editorial Renacimiento, 2008, prólogo de Andrés Trapiello) de Carlos Morla Lynch, puede leerse (anotación del cinco de agosto del 36):
"Hace días los periódicos publicaron un manifiesto firmado por los más excelsos intelectuales: Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, Marichalar, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, etc., protestando de la rebelión y colocándose resueltamente al lado del Gobierno".
Fijémonos en los nombres de estos "excelsos intelectuales". De la lista que da Morla, sólo uno se quedó en España, en el bando republicano. Y todos, excepto Juan Ramón, salieron echando pestes de aquella República. Jiménez permaneció fiel a la idea republicana, pero a la debida distancia, porque acercarse a la fiera resultaba peligroso, como pudo comprobar por él mismo en el Madrid miliciano.
Tampoco estaban Baroja, ni Azorín, ni por supuesto Unamuno o Eugenio D'Ors...
Sólo quedó, les quedó, uno: Antonio Machado.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Leo su blog desde hace tiempo y sólo he visto artículos contrarios a un bando. Supongo que el otro era todo bondad y buenas intenciones, buenos cristianos en definitiva. Ya empieza a atufar un poco.

Enrique Baltanás dijo...

Gracias, ante todo, por leerme, Anónimo. Pero me reconocerá que en este caso al menos yo ni entro ni salgo: me limito a señalar un hecho. La interpretación, ad libitum.

Lopera in the nest dijo...

Leí el verano del año pasado un buen libro siguiendo la recomendación del Prof. Alfonso Lazo. El libro es: Xavier Zubiri: La soledad sonora. Autores: Jordi Corominas y Joan Vicens. Editado por Taurus. Pues en este libro se contaba el ambiente que había en el Colegio de España en Paris de los exilados de la Guerra Civil, me niego a decir exiliados de la República o del franquismo. Estaban algunos de los que menciona el anfitrión de este blog, y otros más.

¿Porqué no asumimosde una maldita vez que aquello que ocurrió el siglo pasado fue una terrible tragedia?. ¿Porqué no dejamos que sea la gente seria y con capacidad de trabajar con rigor, la que opine sobre el tema?.

Leí recientemente un artículo de Muñoz Molina que me ha parecido especialmente clarificador de nuestra realidad social.

P.S. Para el anfitrión: ¿ha leído el libro de Memorias de Stefan Zweig: El Mundo de ayer, memorias de un europeo?. después de su lectura he aprendido a ser un poco más europeo.

Enrique Baltanás dijo...

Lopera, cuánto tiempo. Sí, leí el libro de Zweig, impresionante (y tb el artículo de MM). El libro sobre Zubiri lo tengo en la lista, me han dicho que es muy bueno.
Sobre la Guerra Civil debemos buscar la VErdad de los hechos, dígala Agamenón o su porquero.

Natalia Pastor dijo...

John Dos Passos vino con las Brigadas Internacionales, y a los pocos meses salió huyendo de vuelta a los USA,horrorizado por los crimenes contra sacerdotes,asesinatos,violaciones de monjas, quema de Iglesias, sobre todo por el asesinato de de su amigo y traductor de su obra José Robles, por el "terrible crimen" de ir a misa.

Lopera in the nest dijo...

Admirado Enrique,

Lo de mucho tiempo es por el trabajo, la vuelta de vacaciones me mostró un escritorio hasta los topes de tareas pendientes. Siempre recuerdo el poema de Borges, y recuerdo a mi padre, que dicho sea de paso era un tipo sensacional. El poema es:
EL REMORDIMIENTO

He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.

Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.

Pero sigo entreteniéndo mi vida en "las simétricas porfías del arte".

Enrique Baltanás dijo...

No menos admirado Lopera:
Ese es uno de mis poemas favoritos del gran Borges. Ay. Seguiremos en las simétricas porfías, qué remedio.

canalsu dijo...

Basta asistir a las barbaridades que comete el hombre en tiempos de paz para imaginar lo que pudo hacer en aquella guerra. Ahora las guerras son casi en directo, quizá por eso, y porque uno no siente la cercanía de las personas a las que se refiere, no me perturban tanto como los relatos de mi abuelo paterno sobre lo sucedido en la comarca donde nací.

Es de justicia ayudar a las desdichadas familias que mantienen el empeño de enterrar con dignidad a los suyos, pero aquí también me perturba algo: la calaña de abundante personal siempre dispuesto a ayudar. Por los debidos cauces, se entiende.

Después de leer el poema que nos ha traído lopera in the nest, me voy, paso cansino, a aliviar de volumen una botella de Joni Gualquer.

Joaquín dijo...

Cuatro obras imperecederas para entender el desastre de la guerra:

1. Los poemas de guerra de Antonio Machado.
2. No fue posible la paz, de Gil Robles (el título lo dice todo).
3. Homenaje a Cataluña, de George Orwell (el título no se entiende del todo, por más que los hechos relatados suceden en concreto en Barcelona, y en el frente de Aragón, donde por poco matan a Orwell). Y...
4. La velada de Benicarló, de Manuel Azaña.

Pienso que exaltar la guerra, o la causa de cualquiera de los bandos, es una indecencia, considerando que se trató de una encarnizada guerra civil. Paz a los muertos.

Anónimo dijo...

Es interesante señalar que sí firmó el eximio Menéndez Pidal

Enrique Baltanás dijo...

No, si firmar firmaron todos.
Menéndez Pidal salió de España en diciembre de 1936. Volvió en 1939. Pemán, algo más tarde, le devolvió la dirección de la REal Academia.

Jesús Sanz Rioja dijo...

Y Ortega dijo más tarde que le obligaron a firmar a punta de pistola.

Anónimo dijo...

¡Así se habla, hombre!. Ya está bien de ese mito de que la mayoría de los intelectuales apoyaron a la República. Tan sólo lo hicieron "escritorzuelos" o "ripiosos" como Alberti, Lorca, Cernuda, Aleixandre, María Zambrano, Altolaguirre, Prados, Benavente, Valle Inclán, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Max Aub, Serrano Plaja, Maria Teresa León, Miguel Hernández, Bergamín,León Felipe, Sender y otros cientos de "indocumentados". Diga usted que sí, así se escribe la historia.

Enrique Baltanás dijo...

Si se lee bien la entrada, en ella me refiero a los seniors, no a los jovénes. Max Aub, Alberti... eran entonces los nuevos valores, y entre estos hubo de todo (o sea Foxá, Ridruejo, Sánchez Mazas, Pemán...). De los consagrados, JRJ se tuvo que ir a América porque su vida corría peligro en Madrid. Benavente, tras la guerra, dijo que le habían amenazado (se lo dijo al general Aranda cuando liberó Valencia). Valle Inclán murió en enero de 1936.

Anónimo dijo...

Por mucho que leo la entrada no veo por ninguna parte que se refiera a los "seniors", tan sólo se habla de "excelsos intelectuales". Por otra parte su juicio sobre la causa de la salida de España de JRJ no es, desde luego, compartido por investigadores de la talla, como por ejemplo, de Ian Gibson. La única certeza es que JRJ apoyó a lo largo de toda su vida a la República y condenó el franquismo. Lo demás son interpretaciones ideológicas, que por desgracia, tanto abundan ultimamente.