LA FRASE
"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."
Sir Arthur Conan Doyle
Sir Arthur Conan Doyle
domingo, 21 de septiembre de 2008
La metáfora de la tarta
La gente suele pensar con metáforas, acertadas unas, equivocadas otras. Una de las más populares, y de las más erróneas, referida a la economía, es la de la tarta. Según la cual la economía sería como una tarta que se reparte. Por ejemplo, muchos creen que es bueno que los trabajadores se jubilen, porque así dejarán un puesto libre que podrá ser ocupado por un trabajador joven. O que hay que quitarles a los ricos una parte al menos de su abundante porción para dársela a los pobres, a los que les ha tocado una porción de la tarta bastante más raquítica.
Pero una tarta, cuando sale del horno, ya es un producto acabado, finito, completo. Si nos comemos media tarta, ya sólo quedará la otra media.
Sin embargo, la economía no es una tarta. La riqueza crece o disminuye: nunca es una magnitud estática, un algo completo o acabado. Algo que ya ha salido del horno para siempre.
La gente no se para a pensar que el puesto de un trabajador que se retira bien puede ser amortizado, sin que se reemplace al jubilado. O que si les quitamos mucho a los que tienen más, tal vez ya no les interese emprender nuevas empresas o trabajar más y se marchen a otros lugares donde no los frían a impuestos.
La economía no es una tarta, sino una forma de entender la vida. De entenderla tal y como es o como querríamos que fuese. O como nos imaginamos que es.
Por eso la primera asignatura que debe estudiar un economista es la antropología.
Si no se sabe qué es el hombre difícilmente se entenderá cómo y por qué se busca la vida.
La economía no es una tarta, es un tortazo que la realidad suele dar (como ahora) a ciertos demiurgos petulantes que creen poder fabricar a su antojo en su obrador el pastel con el que sueñan.
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2 comentarios:
Por mucha antropología que estudie un economista, si después le toca un jefe como ZP, apaga y vámonos...
El socialismo es una lacra para la economía.
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