Para Adolfo González, que me pedía más poemas en el blog, este dístico machadiano.
SON OJOS DE MISTERIO LOS QUE MIRAN
la sola galería de los sueños.
Ya sus pasos se acercan, pasa adentro,
sin guarda ni cancela que lo impidan.
Fantasma es de sí mismo, y luz, y guía,
errante sombra en el vencido espejo
que regresa a las tardes del recuerdo,
las de un ayer que en plata se ilumina.
Es sólo, sin embargo, su mirada
y no su bulto el que el umbral traspasa,
y alcanza el patio, encuentra el limonero,
y en la fuente, los frutos, y la clara
canción, y las macetas de albahaca…,
y el don preclaro de evocar los sueños.
***
PERO LA GUERRA RUGE ALREDEDOR.
Se estremece la casa con el ruido
de explosiones lejanas. El dormido
a sus sueños dorados dice adiós.
España en feroz lucha se desangra
y su hacha le amputó amor y hermano.
No es posible mirar para otro lado,
ni hacia atrás, a un jardín que ya le amarga.
Su madre, sus hermanos, sus sobrinas
esperan de su mano la comida,
porque la guerra es ante todo el hambre.
Y el viejo se recuerda sus deberes,
los trece puntos de Negrín, urgentes,
para el periódico en el que combate.
2 comentarios:
Vaya por delante que el cambio de plantilla ha sido un éxito, queda todo muy limpio, y los colores son cálidos. La verdad es que la otra -que es la que yo tengo también- tiene ese blanco elegante, pero frío.
Dos poemas preciosos. Por subrayarte una imagen que me ha conmovido: "porque la guerra es ante todo el hambre". En parte será porque me leí hace dos semanas Todo fluye, de Vassili Grossman, y ahora estoy con Vida y destino, del mismo: y la guerra, sin duda, es eso.
Gracias, Enrique. Es el primer poema que me han dedicado en toda mi vida, al menos explícitamente, con dedicatoria. Y me ha llegado adentro. Esto, como las cosas buenas, no lo olvidaré. Un abrazo.
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