En cierta novela de Baroja, Las veleidades de la fortuna se llama, un personaje le dice a otro: "Hacer como principal norma de la existencia el pensamiento, sería condenarla a marchitarse, a secarse. La vida necesita también lo irracional, lo misterioso, lo infinito, la superstición misma..."
Y está uno muy de acuerdo con Baroja, sobre todo en ese también, que viene a unir o a conciliar las dos caras de la vida. Porque la vida humana es esencialmente una aporía o, mejor, el hombre vive siempre aporéticamente. Razón o instinto, finito e infinito, estatismo o dinamismo, entendimiento o intuición, sincronía y diacronía... Rechazar uno de los términos del dilema para quedarse únicamente con el otro es quizá cosa más propia de doctrinarios que de imbéciles.
Toda la historia de la filosofía es el intento de examinar, de abordar este dilema eterno. Hegel, por ejemplo, intentó esta conciliación a través de su teoría de la Aufhebung o superación integradora. Más claro, o sin tanto terminacho, lo dijo Antonio Machado, cuando afirmaba que "todo es ir de lo Uno a lo Otro." Pues por eso me ha gustado el también barojiano, o el de su personaje, Paul Stolz.
Por cierto, el Casares, el diccionario ideológico de Julio Casares, define aporía como "estado de incertidumbre y duda." Pero esto sería bonita materia para otro artículo.
3 comentarios:
A mí también me gusta el 'también', pero ese 'también': "lo irracional-lo misterioso-lo infinito-la superstición misma", más que uno de los términos del dilema parece un pisto.
Ya lo decía Pascal: "Il n’y a rien de si conforme à la raison que ce désaveu de la raison".
Lo de Machado me ha encantado ¿Es posible que con ese "todo es ir de lo Uno a lo Otro" esté corrigiendo a Kierkegaard y su tajante o-o? ¿Sabes si lo había leído?
Bonita materia, sí señor. Un abrazo.
No creo que Machado conociera a Kierkegard directamente; sí a través de Unamuno.
EB
No creo que Machado conociera a Kierkegard directamente; sí a través de Unamuno.
EB
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