- Españolito que vienes
- al mundo te guarde Dios.
- Una de las dos Españas
- ha de helarte el corazón.
Y hasta, si me apuran, no sólo son dos, sino tres, pues hay una tercera España, que sólo Andrés Trapiello sabe lo que pueda ser eso, pero que, indudablemente, es, y si no que se lo pregunten a Chaves Nogales (del que otro día hablaremos).
Pero, para ser justos, y aun rigurosos, hay que decir que la estrofa, que se ha hecho tan popular y tan requecitada, es sólo la segunda, y que en realidad el poema empieza con otra que dice
- Ya hay un español que quiere
- vivir y a vivir empieza,
- entre una España que muere
- y otra España que bosteza.
- Una que muere y otra que bosteza... Y ahí si que exclamaríamos, ¡Maestro, áteme Vd. esa mosca por el rabo!
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