LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

domingo, 31 de marzo de 2013

PASCUA DE RESURRECCIÓN

Cristo muere porque rehusa someterse a la ley de la violencia, la denuncia en todas sus declaraciones, y los hombres, rechazando su Revelación, vuelven forzosamente su violencia contra él. Esgrimen contra él la ley del mimetismo violento. Hacen de él un chivo expiatorio más.

Ese es el fundamento antropológico de la Pasión, y nada más. Si no hubiera más que lo humano en la Pasión, la voz de Cristo habría sido sofocada, o se habría convertido en una divinidad pagana como las otras, un chivo expiatorio sacralizado. Su palabra verdadera no habría llegado hasta nosotros.

Si su voz fue escuchada, si los discípulos fueron recobrados, y si, en lugar de juntarse con los perseguidores, como comenzaban a hacer en el transcurso de la Pasión, finalmente proclamaron la inocencia de Jesús, es gracias a la resurrección, y al Paráclito que les enseñó la verdad. 

Réné GIRARD, Cuando empiecen a suceder estas cosas..., Madrid, Encuentro, 1996, p. 109.

martes, 19 de marzo de 2013

LA IDENTIDAD, ESE ARCANO

¿Quiénes somos? ¿Y qué decimos cuando decimos 'yo'? A poco que repasemos nuestra biografía nos daremos cuenta de que no siempre fuimos los mismos, ni pensamos, ni sentimos, lo mismo... entonces que después. Y no sólo es el tiempo quien nos cambia. Esto, hasta cierto punto, sería razonable. Pero es que a cada momento nos damos cuenta de que nos encontramos condenados a la escisión y al desdoblamieto. Esto lo vio muy bien Amado Nervo en un poema que tituló "Arcanidad" y que bien pudiera haber titulado "Identidad":

Cuando me asomo a mí como a un cristal
diáfano, sí, mas insondable, siento
en redor un sutil vaho de enigma,
un glacial calosfrío de misterio...

¿Soy acaso uno solo o bien soy muchos?
¿Quién tiene autoridad en el colegio
discordante y al par disciplinado
de mis células, quién dice "yo quiero"?
¿Quién lucha cual Jacob con ese ángel
que anida de mí dentro?
¿Quién clama: "¡no!", mientras que clama: "¡sí!"
un instintivo no que yo detesto?

¡Qué necedad la de los que se imaginan
escudriñar las cosas!... ¡Si no vemos
jamás lo que en sí son las cosas!
                                                  Tontos
que edificáis sobre apariencias, necios
que investigáis el documento humano
(el más obscuro de los documentos),
¡y con cinco sentidos, siempre erróneos,
pretendéis calibrar el universo!










martes, 12 de marzo de 2013

ALGO HUELE A PODRIDO EN ATAPUERCA

Don Eudald Carbonell, que dice ser, y no lo pondré yo en duda, arqueólogo y director del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, además de director del Proyecto Atapuerca, lleva, por lo visto, un blog en el diario "El Mundo", en el que habla de sus asuntos paleoecológicos y tal, y cuya última entrada, titulada "Evolución y sociabilidad", comienza de esta deslumbrante y asombrosa forma: 
"Entre los organismos que evolucionan de manera especial nos hallamos nosotros,  los Homo sapiens, un compendio de síntesis catalíticas que nos han llevado a la autocatálisis y a ser lo que somos, una singularidad cósmica del sistema solar."      
Si el lector se ha quedado algo catalítico, o autocatalítico, al leer esto, espere, porque aún hay más:
"Si no existen estructuras, no seremos capaces de sistematizar un sistema y darle, aunque parezca redundante, un funcionamiento sistémico."  
A ustedes no sé si les resultará redundante o no, porque peores cosas se han visto, y ya Cervantes se burlaba de aquello de que "la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece,...", pero a mí lo que me parece es que esto de Atapuerca... es mucho Atapuerca. Vamos, sospechosillo cuando menos.

jueves, 7 de marzo de 2013

FAUSTO BOTELLO YA SUEÑA ETERNAMENTE EN SU PINAR

Acaba de morir, a los ochenta y un años, Fausto Botello. Los periódicos se hacen hoy eco de la noticia. Pero, en realidad, a muy pocos les dirá algo el nombre de Fausto Botello. Normal. Vivía retirado desde hace tiempo, cuando una enfermedad lo dejó al borde de la cuneta de la vida.

Pero yo siempre recordaré que Fausto fue el autor de aquel libro mítico (mitología personal, claro), Elegías de Oromana, publicado en 1973 por la colección Adonais.

Quien escribió aquello de

Qué dulcísimo gozo
es éste de tenderse a la sombra de un pino,
cara al cielo y al viento,
sintiendo la caricia del sol sobre la carne
y un olor a resina temblando en los pulmones
como un grito de júbilo.

sueña ya para siempre en su verde pinar de Oromana. Que esa tierra le sea leve.

miércoles, 6 de marzo de 2013

SOBRE "EL CAUDAL", DE ANTONIO MORENO

Pero vengamos a lo de dentro, que es lo que importa más.

Ha construido A. M. su discurso lírico preferentemente sobre la base del endecasílabo blanco, metro éste que, por su cercanía a la prosa, mejor se acomoda a la expresión de la poesía reflexiva, aunque, eso sí, alternándolo con otros metros para evitar incurrir en la monotonía.

Porque este es el hilo conductor, el carácter y el sentido de la poesía de A. M.: su tono meditativo, su condición introspectiva. Pero, ¿sobre qué se reflexiona aquí? No sobre ningún problema social, ni político, tampoco sobre avatares o sucedidos biográficos del propio poeta, sino sobre algo que es previo y ulterior a todo eso: el gran misterio de la vida.

Porque A. M. es de los que saben que la vida no es ciencia, y no se la puede entender cabalmente de esa perspectiva, sino algo más hondo, misterio: "Vivir es aprender a andar descalzos,/ yendo con gratitud hacia el misterio." Un misterio en el que vemos sin ver y no vemos viendo, como esa misma luz que "de tan cerca y tan nuestra, ni te vemos."

Pero misterio no es enigma, y no implica necesariamente raras o desacostumbradas aventuras, sino que basta con mirar "... el exotismo/ más raro y neto: éste de aquí y ahora."

Si acaso, el misterio se resuelve por el lado de un cierto panteísmo, si es correcta nuestra lectura del poema "Nubes":


NADIE es más que una nube, ni que el aire
con el que marcha así, incesantemente.

Esta mañana observa allá las nubes,
míralas todas ir y sucederse.

No habrá mañanas para ti algún día.
Serás la nube, el aire que la mueve.

En suma, estamos ante un libro nada apto para lectores apresurados, frívolos o superficiales. Es ésta una poesía de gran calado, que nos pone de bruces frente a algunas preguntas fundamentales. Sí, no quería decirlo, pero lo digo ahora: una poesía metafísica.




   

viernes, 22 de febrero de 2013

LA ABDICACIÓN

Supongo que como ahora los periódicos han bajado clamorosamente sus ventas, algo se tendrán que sacar de la chistera. Y lo que sale de la dichosa chistera no es otra cosa claro  que el escándalo. Nada nuevo para el periodismo, pues ya se sabe que lo que vende es el escándalo, bien en su versión sangrienta  (atentados terroristas, crímenes pasionales, supestos suicidios por desahucio), bien en su versión corrupta. A esto responderá  , digo yo, que se hable tanto de la dimisión (¿qué otra cosa es un abdicación?) del Rey.

Los motivos que se aducen son tan variopintos que inducen al desconcierto. Primero, los de la caza de elefantes, una práctica perfectamente regulada y perfectamente legal. Pues nada, el Rey no puede cazar. Luego, el asunto Corinna, amiga del Rey, a quien por lo visto hay que obligarle a elegir sus amistades. Dicen que S. M. ha tenido varias amantes, y hasta ahora la prensa había respetado lo que sólo a su vida privada concierne y que en nada ha afectado al normal desenvolvimiento de sus responsabilidades institucionales. Luego, el asunto Urdangarín, un proceso que como su propio nombre indica está sub iudice y bajo secreto de sumario (a pesar de lo cual las filtraciones interesadas gotean sin cuento...) Y por último, la evidente merma física del monarca, cosa esperable en quien ha cumplido ya los setenta y cinco años. ¿Y qué si algún día 
S. M. tiene que desplazarse en silla de ruedas? No sería sino una más de las tantas personas que tiene que hacerlo y, por cierto, se convertiría en un referente para ellas.

Pero este revuelo prefabricado en torno a la abdicación/dimisión trae mar de fondo. Un tal señor Pere o Pedro Navarro, que es no sé qué del partido socialista, "ha defendido -según leo en La Vanguardia- que España necesita una segunda transición en la que se recuperen los valores de 1789 -sí, han leído bien, ¡1789!- de la igualdad, la libertad y la fraternidad, en la que se apueste por la regeneración democrática y también por una reforma federal de la Constitución."

O sea, por la abdicación... al Estado federal... o confederal. ¡Acabáramos!

miércoles, 20 de febrero de 2013

CONTRA JAIME GIL DE BIEDMA

Así, precisamente, tituló uno de sus Poemas póstumos (1968) Jaime Gil de Biedma: así, "Contra Jaime Gil de Biedma". Él sabría por qué.

De joven, yo fui muy de Jaime Gil de Biedma. Incluso de no tan joven. En 2004 llegué a colaborar en un libro que se subtitulaba "54 poetas españoles escriben sobre un poema preferido". ... Y el preferido por mí era "Pandémica y celeste". (Pere Rovira prefería otro, "Barcelona ja no és bona  o Mi paseo solitario en primavera"). Era, si no recuerdo mal, el único poeta que aparecía mencionado con dos poemas distintos.

Esto de hoy no es una palinodia, porque, a lo hecho, pecho. Pero no puedo menos que reconocer con cuanta distancia crítica y de la otra veo ahora esos poemas.

Tras esa proclama de erotismo libertino que es "Pandémica y celeste" -"Sin despreciar/ alegres como fiesta entre semana,/ las experiencias de la promiscuidad."-, cuando el poeta aún no sabía que moriría de sida, sólo nos arranca hoy una oración de caridad hacia el autor de ese poema, tan contradicho con su propia vida, en su triste final.

¿Y qué decir de "Apología y petición", esa sextina marxista, tan viejuna ya, tan de museo, que se cae de pura inconsistencia:

De todas las historias de la Historia,
sin duda la más triste es la de España,
porque termina mal. 

Ni la historia de España terminó con el final de la guerra civil, ni terminó después, ni ahora mismo sabe nadie cuándo y cómo terminará. 

En fin, el reduccionismo absurdo de esos versos a menudo tan citados:

y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

En fin, ya sé que no es educado ni socialmente correcto decir estas cosas en público, pero...

Cómo pasa el tiempo...

lunes, 18 de febrero de 2013

ANTONIO MORENO SE PUBLICA

El poeta Antonio Moreno ha publicado un nuevo libro de versos. El caudal se titula. Esto, en sí mismo, no encierra ninguna novedad, teniendo en cuenta que Moreno es poeta ejerciente, o en ejercicio, y cuenta ya con una dilatada faena literaria, en prosa y verso, a sus espaldas. Quisiera comentarlo con algo mayor extensión, y atención, en los próximos días, pero por hoy, me detendré sólo en su prólogo y en su formato, que es el de una web, o más exactamente, el de un weblog

En el prólogo, o más bien "nota preliminar", viene a explicarnos su autor que es la primera vez que se adentra en la edición electrónica y también la primera vez que se autopublica. Nos confiesa allí Antonio Moreno los prejuicios que ante este tipo de iniciativas tuvo en el pasado. "Pensaba yo - nos dice- que una edición de autor revelaba, de antemano, un par de deméritos: uno, la presumible falta de excelencia de una obra incapaz de haber hallado editor; el otro, la limitada honrilla de quienes se aventuraban en tales empresas."

Lo primero, podría ser (aunque reconoce que no le hubiera sido quizás difícil encontrar editor). Claro que es discutible eso de "la presumible falta de excelencia de una obra incapaz de haber hallado editor", al menos viendo la clase de bazofia con que los editores suelen castigarnos.

En cuanto a lo segundo, lo de la limitada honrilla, creo que se refiere al atávico prejuicio con el que aún asociamos el prestigio literario al soporte de papel, tinta y letra impresa. Y lo que nos preguntamos nosotros ahora es si ese prestigio es falso o encierra algo por lo menos de verdad. Antonio Moreno parece creer en esta segunda hipótesis."De todos los géneros -sigue diciéndonos-, el poético es sin duda el más frágil, el que más precisa del cuerpo tangible del papel, y del espíritu que forman el dibujo tipográfico y el grato olor de la tinta. Todo lo cual, por así decirlo, constituye igualmente materia esencial de la propia poesía, inseparable del sonido y el concepto de las palabras."

Y un "uuhmm" se nos escapa enseguida porque no nos parece que estemos muy de acuerdo con esta última afirmación. ¿Es la poesía la "que más precisa del cuerpo tangible del papel, y del espíritu que forman el dibujo tipográfico y el grato olor de la tinta."? ¿Y por qué no la novela, normalmente más extensa y más difícil de leer en una pantalla? ¿Y qué decir de otro tipo de obras? ¿Seríamos capaces de leer, supongamos, la Historia de las ideas estéticas de Menéndez Pelayo ante un monitor? Más bien la conclusión sería la contraria, a saber, que de todos los géneros es la poesía la que más fácilmente puede desprenderse de su envoltura en papel y más adecuada resulta para adentrarse airosamente en el mundo de la edición digital.

Pero, en fin, Antonio Moreno publica un nuevo libro de versos, y sea como fuere, en letra impresa o en esa otra letra que no necesita de la tinta, merece que lo leamos con la atención y la extensión que merece. Su título, ya lo dije, es El caudal.

sábado, 9 de febrero de 2013

DESPRENDIDO

Hace unos días, revolviendo papeles y carpetas viejas, encontré este esbozo de poema, quiero llamarlo así, desprendido de una de ellas, y fechado el 9 de septiembre de 2003. Muy alegre no es que sea, pero, en fin, va:


La luz engendra sombras,
la muerte es la otra cara de la vida.
¿Cuánto hace que sabemos
la más cierta de todas las verdades?
Las sombras son las hijas de la luz,
la vida se alimenta de la muerte.
Retirado en su estudio un hombre vive,
esperando en silencio,
de soledad rodeado,
atento a recoger los giros de las sombras,
las voces que a los muertos da la vida,
el hilo en que se anudan y entretejen
vidas, sombras, luces, muertes.

viernes, 25 de enero de 2013

UNA NOVELA QUE ENGANCHA


Decir que una novela te ha enganchado desde la primera página, ¿constituye acaso su mayor elogio? Es por supuesto, un elogio, pero ¿el mayor? Porque hay muchas novelas que te atrapan en su trama, aunque te ofrezcan sólo un entretenido pasatiempo, unas horas de evasión de la prosaica realidad. Algo que nunca debió pasar, de Juan M. Velázquez, posee muchos más ingredientes que la simple atracción, apasionante desde luego, de su intriga. Personajes perfectamente delineados y creíbles, tanto protagonistas como secundarios, la constante alusión a un tiempo aciago como fue el de los años de plomo del terrorismo, un espacio urbano, del de la ciudad de San Sebastián, agobiante y cerrado a pesar de sus bellezas naturales y arquitectónicas.

Novela policiaca porque en ella intervienen policías y delincuentes, no es tampoco una novela de buenos y malos. Es, sí, una novela testimonio (pero me gustaría que quedase claro que es antes que todo eso, novela, es decir, obra artística) sobre unos años en que la policía no sabía o no podía reprimir el delito como no fuese con torturas, y eso hace mella, no sólo en el torturado, sino en el torturador. No hay tesis en esta novela, sólo verdad desnuda, terrible y desgraciada.

No vamos a desvelar su trama ni por asomo. Yo sólo les recomiendo vivamente que la lean. Y aquí, por ejemplo, pueden comprarla