Siguen los rescates de los diarios quemados:
"Ayer Curro, un colega del Instituto, me contó la siguiente historia. Nació hará unos treinta y tantos años en El Cerro del Andévalo, un pueblito perdido de la provincia de Huelva. Un día estaba él estudiando en casa, mientras su madre veía la televisión. En ese momento, la televisión emitía un programa de cantos judíos, y entonces, su madre se puso a cantar esas mismas canciones que sonaban en el televisor. A veces decía, “no es así, sino así”. Mi amigo, sorprendido, le preguntó a su madre que cómo era que sabía esas canciones. “Pero, mamá, ¿tú sabes que esas canciones son canciones judías? ¿Cómo las sabes tú?”. La madre le contestó que no, que esas canciones no eran judías. Mi amigo estaba estudiando en el Seminario menor, no porque quisiese hacerse clérigo, sino porque era el único sitio donde se podía estudiar allí en aquel tiempo. Otro día su abuela le preguntó: “Niño, ¿por qué estudias en un Seminario? Tú no puedes estar en un Seminario, tú no.” “Pero abuela, ¿por qué?” “Porque no, porque no. Ya te lo explicaré otro día. Pero tú no puedes estar en un Seminario”. Mi amigo se quedó extrañado, pero pensó que eran cosas de su abuela. Pasó el tiempo. Mi amigo estudió la carrera de Historia, y fue adquiriendo cultura y vastos conocimientos. En la Facultad oyó hablar del romancero tradicional, y se acordó de que su madre sabía algunos de estos romances. Pero jamás consiguió que su madre accediera a volver a cantarle aquellas canciones; se negaba en redondo, pretextando que las había olvidado por completo. Pero mi amigo, atando cabos, llegó a enterarse que a los del Cerro del Andévalo les estuvo prohibido pasar a las Indias en los siglos XVI y XVII, por ser una población de origen converso. Uno de los apellidos de la familia de mi amigo, y es un apellido muy frecuente en El Cerro, es Balufo, que viene de Abulaifo, un apellido claramente marrano. ¡Por eso su madre sabía canciones “judías”! ¡Por eso, al tomar conciencia de que eran canciones judías no quiso volver a cantarlas! ¡Por eso su abuela no entendía que su nieto pudiese cursar estudios en un Seminario católico!" (Salvado del Diario de 1999)
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