A aquel pedante se le ocurrió un a su juicio originalísimo título para su prolífica y secreta colección de coplas flamencas: Cópulas canoras.
Logró editarla a través de no sé qué premio de cierto ayuntamiento de los alrededores de Almería. Hoy es una rareza bibliográfica que duerme en el polvo y el moho de los almacenes municipales.
3 comentarios:
y hablamos de... un saludo
No hablamos de nadie, Ruy. Sólo que copla viene de copula, y se me ocurrió que a alguien se le podría ocurrir... Mera ficción.
O mera chorrada
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