Rodrigo Olay acaba de llegar a la poesía española, y todo parece indicar que ha llegado para quedarse. Con veintidós años publica su primer libro, Cerrar los ojos para verte, un verdadero muestrario de su saber y de sus posibilidades. Lo que sorprende, ante todo (y no debería, pero en fin, tal y como está el panorama...) es que traiga sus clásicos bien aprendidos, sus deberes hechos (con la métrica, ante todo). Y que aporte, con todo, una voz personal.
¿Que se trata de un primer libro, o que una primera golondrina aún no trae el verano? Bien, tiempo al tiempo. Y la poesía de Rodrigo Olay, ahora quizás demasiado pegada a modelos y maestros, a interxtualidades y erudiciones, se irá descubriendo a sí misma en lo más personal e intransferible. En versos como, por ejemplo, estos:
ANTÍDOTO CONTRA LA MUERTE
Tras una noche contigo
ni a solas estaré solo
aunque tú ya te hayas ido.
6 comentarios:
Me alegra que te haya gustado. Posiblemente, estemos -de momento- ante el mejor poeta de su generación.
Te me has adelantado, porque yo también le iba a dedicar una entrada hoy. Dentro de un par de días lo haré.
Coincido en tu análisis: un gran poeta del que cabe esperar mucho.
Sí señor. Muy bonita. Sencilla y con buena puntería. Y redondo el título, muy "qué no me quiten mis penas, que eso es vida".
un buen poeta joven, sí señor. Con conocimiento de la tradición y con oficio (paradójicamente, por su edad). Y con el deseo infinito, por lo que parece, de ser poeta. Pero de ahí a que sea el mejor poeta de su generación. Uff. Qué generación? no estaba este asunto pasado de moda? Déjenle tiempo. Ló único que necesita es encontrar su camino. A ser posible lejos de influencias perniciosas.
Samuel R. Levin
Buen y prometedor poeta este Rodrigo. Una pregunta, ¿el segundo verso del poema que transcribe es "ni a solas estaré a solo" o "ni a solas estaré solo"?
Claro. Gracias por el aviso. Ya lo he corregido.
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