LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

viernes, 28 de julio de 2006

Pero...

Dios mío, ¿qué ha hecho España para merecer esto?

(Porque algo habrá hecho, de eso no puede caber duda).

4 comentarios:

Alberto dijo...

Algo habrá hecho, eso seguro, y como siempre pagan justos por pecadores. Alguien me dijo que tenemos el presidente que nos merecemos, y razón no le falta ya que en una sociedad de conformistas y perezosos mentales está claro que ZP es el presidente idóneo; como suele decirse " en el país de los ciegos el tuerto es el rey". Para terminar firmo eso que dijo Mafalda: " por dónde hay que empujar este país para llevarlo adelante?"

SalU2!!

Lopera_in_the_nest dijo...

Esta misma pregunta me la hacía hace ya demasiados años. Era joven, militaba en el PCE (lo abandoné el año 1981)y me desesperaba con lo que parecía la "inmortalidad" del Dictador. Con cierto escepticismo logré convivir con la restauración democrática, hasta que fuimos, Ella y yo, "matrimonio de hecho". Pero en estos dos últimos años, me vuelvo a encontrar con la misma desesperación de aquellos malditos años. A veces pienso que el problema está en mí, otras veces en la desidia de los españoles, pero al final me quedo con la explicación más fácil: Se han olvidado de que todo se basa en la Educación, y sobre todo se han olvidado aquellos que más hablan de ella, los que se llenan la boca de Progreso.

Enrique Baltanás dijo...

Desde luego, de nuestras desgracias alguna culpa tenemos; no todo es el destino. De escepticismo habla Lopera en el Nido, y quizás esa sea la mejor receta. Habrá que tomárselo con filosofía... y un poco de calma. No quiero incurrir en catastrofismo, pero vamos mal, muy mal.
Por cierto, también yo milité en el PCE y también me desesperaba la "inmortalidad" del dictador. Ahora lo veo todo tan distinto...

Jesús Beades dijo...

"Muere una patria como muere un alma: / desperdicia la gracia, se hace sierva." (Julio Martínez Mesanza)

Jünger pensaba que todas las personas "atraen" hacia sí, por su modo de ser, las cosas que le ocurren. Así, el temerario, o el valiente, o el bobo, "atraen" las balas en el frente de batalla. A los niños se les regala cosas. No es determinismo ni voluntarismo: nuestro caracter, nuestro modo de ser, es una misteriosa mezcla de herencia, ciego azar, y libre albedrío. Como del de España. Los cristianos contemplan una visión superior, revelada: la Providencia, que, como me dijo una vez José Julio Cabanillas, es lo que hace Dios para enmendar un poco nuestros errores. Confiemos en ella, después de todo.