LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

martes, 29 de mayo de 2007

Cómo clasificar y desclasificar a los poetas


Clasificar a los poetas es una irreprimible manía profesoral. Si no siempre entendidos..., al menos, clasificados. Así los alumnos, y los profesores, se hacen la ilusión de que saben algo.
Como los profesores últimamente parecen algo recelosos de la cansina etiqueta generacional, ofrezco aquí otras renovadas posibilidades agrupatorias o clasificatorias. No son ni más ni menos arbitrarias que el sobado marbete "generación":

1) Por parejas: quizás la más famosa pareja de hecho sea la de Guillén-Salinas, pero no le iba a la zaga la de Lorca-Alberti. Hoy podríamos hablar de la que forman Prado-García Montero, aunque ésta tal vez consienta el triángulo: Prado-García Montero-Benítez Reyes. A veces la pareja forma un matrimonio como Gregorio Martínez Sierra-María de la O Lejárraga.

2) Por lazos de sangre: nada nuevo esto, ahí están los dos Moratines (padre e hijo). Aunque lo que más abundan son los hermanos, desde los Argensola o los Valdés a los Machado y los Quintero, para llegar hoy a los Murciano o a los Cuevas y a los ultimísimos ambos García-Máiquez.

3) Por pueblos: ah, los poetas de Antequera, los de Gijón, los de El Puerto de Santa María, los de Arcos, los de Paradas, los de Barcelona... y hasta los de Manzaneda de Torío o los de Aldeanueva del Camino, pueblos estos que con dar sólo uno ya están más que justificados para instalarse en el mapa de la geografía literaria.

4) Por profesiones y oficios: hoy los poetas-profesores son mayoría, como antes lo eran los poetas clérigos. Por eso destacan más los que no son ni lo uno ni lo otro, es decir, los poetas generales de la Guardia Civil (Juan Carlos Rodríguez Búrdalo), los poetas confiteros (Josep Vicenç Foix), los viajantes de comercio (Adriano del Valle), los anticuarios (Pablo García Baena), los libreros de viejo o de nuevo (Abelardo Linares, Jesús Munárriz), los toreros (Sánchez Mejías), los diplomáticos (Foxá), los labradores (Muñoz Rojas)...

5) Por polos opuestos: por ejemplo, Lope-Góngora, ayer; Gamoneda-Brines... , hoy. La distancia entre ellos siempre alberga la tormenta. La tormenta poética.

Por supuesto, hay muchas otras maneras de clasificar y desclasificar a los poetas...

8 comentarios:

Joaquín dijo...

Interesante propuesta, Enrique, que va más allá de la manía taxonómica. Porque nos interesa conocer los círculos en que se mueven los escritores para saber cómo se propagan las ideas, las poéticas y las estéticas. Te has saltado la conexión más primaria, que es la AMISTAD. Cuentan (¿Jorge Guillén lo decía?) que era el rasgo definitorio de la generación del 27. Amigos entrañables fueron Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre (que además compartieron lugar de veraneo... otro criterio muy bueno). También eran amigos Boscán y Garcilaso, por ejemplo. Aunque se me ocurre que también vale el criterio contrario, la ENEMISTAD (como la proverbial de Góngora y Lope). Otro buen criterio, me parece a mí, es el DISCIPULADO. Juan Ramón es discípulo de Rubén Darío, y Vicente Aleixandre parece que ejerció como maestro de muchas generaciones de poetas, que hablan y no paran (hubo un tiempo que quien no visitaba Velintonia no era poeta...). Y, en fin, los poetas muchas veces se arraciman por compartir afinidades políticas (véase), crematísticas incluso, ideológicas o religiosas... Por ejemplo, se puede investigar a los poetas que fueron compañeros de tertulia de café, o eran hermanos de logia (Rubén Darío es una buena pista). El catálogo sería interminable, porque los poetas también son personas corrientes que estrechan lazos de muy distinto signo...

Enrique Baltanás dijo...

Los del 27 serían amigos, pero se navajeaban de lo lindo...
Lo del discipulado es interesante. Yo veo a JRJ como el maestro de los niñatillos del 27. Como eran tan revoltosos y levantiscos, de vez en cuando el dómine sacaba la palmeta...
Y lo del lugar de veraneo da para mucho: poetas de playa y poetas de montaña (inevitable pensar en Miguel D'Ors).

Joaquín dijo...

... Y poetas de campo y poetas de ciudad...

"A mis soledades voy,
de mis soledades vengo...".

Curioso que los poetas que más amaban el campo (un Fray Luís, un Antonio Machado) fueron los que más andaban por las ciudades: "Se canta lo que se pierde..."

Jesús Beades dijo...

Coincidimos en clasificar poetas en nuestros blogs, como me indica Enrique G-M. Y la distinción que haga -que es de Cabanillas- no aparece aquí, así que sirva mi entrada de apéndice a esta tan completa.
Por cierto, ¿Gamoneda-Brines? ¡dónde va a parar!
Saludos, amigo Enrique.

Aquilino Duque dijo...

El que tenía una confitería, en Port de la Selva, era J.V.Foix

Enrique Baltanás dijo...

Gracias, Sr. Duque, por remediar mi desmemoria. A Foix lo que es de Foix. Corregido queda.

E. G-Máiquez dijo...

Miguel d'Ors precisamente está trabajando en una clasificación en poetas con perro y poetas con gato.

Alfredo Herrera Patiño dijo...

¿Y la estatura? ¿Y el peso? Como en el boxeo, digo... En prosa no es lo mismo, digamos, Monterroso que Cortazar... En poesía no es lo mismo Paz que Lezama, o Sor Juana que Mistral...