¿Por qué las gentes de derechas tienden a ocultar o disimular, incluso a negar, que son de derechas?
Supongo que hay varias razones, históricas y profundas. Que vienen de lejos.
En primer lugar la derecha siente nostalgia del llamado "Antiguo Régimen", del mundo anterior a la Revolución francesa, cuando no había derecha ni izquierda, cuando existía la unanimidad y las rivalidades eran grupales o individuales, nunca ideológicas. Sólo había pueblo y Rey. Por lo menos, aparentemente.
En segundo lugar, por miedo. Si se era de derechas se estaba más cerca de la guillotina que si se era de izquierdas. Claro está que con el tiempo ante la guillotina ya sólo quedó la izquierda, y por orden de menos a más todos fueron poniendo el cuello bajo la cuchilla, incluido el mismísimo Robespierre, hasta que una autoridad, militar, por supuesto, mandó parar la interminable degollina, y Europa entera sustituyó entonces como chivo expiatorio (que diría Girard) a la propia Francia.
En tercer lugar, porque reconocerse de derechas es reconocer la izquierda, ya que no existe lo uno sin lo otro. Es decir, reconocer la disidencia, la división, la polaridad irreconciliable. Reconocer la legitimidad o, por lo menos, la positividad de la izquierda.
Por eso la obsesión de la derecha es el centro, es decir, la convergencia, la unanimidad. La nostalgia anhelante de la armonía prerevolucionaria. El partido de Adolfo Suárez aglutinaba a todos: democristianos y socialistas, liberales y falangistas... El mismísimo Aznar, que ahora nos parece tan de derechas, quería centrar el partido... Lo mismo que ahora Rajoy. Realmente, la derecha siempre lo es malgré lui.
Me hago estas reflexiones mientras plancho unas camisas. Así que no me hagan mucho caso.
Supongo que hay varias razones, históricas y profundas. Que vienen de lejos.
En primer lugar la derecha siente nostalgia del llamado "Antiguo Régimen", del mundo anterior a la Revolución francesa, cuando no había derecha ni izquierda, cuando existía la unanimidad y las rivalidades eran grupales o individuales, nunca ideológicas. Sólo había pueblo y Rey. Por lo menos, aparentemente.
En segundo lugar, por miedo. Si se era de derechas se estaba más cerca de la guillotina que si se era de izquierdas. Claro está que con el tiempo ante la guillotina ya sólo quedó la izquierda, y por orden de menos a más todos fueron poniendo el cuello bajo la cuchilla, incluido el mismísimo Robespierre, hasta que una autoridad, militar, por supuesto, mandó parar la interminable degollina, y Europa entera sustituyó entonces como chivo expiatorio (que diría Girard) a la propia Francia.
En tercer lugar, porque reconocerse de derechas es reconocer la izquierda, ya que no existe lo uno sin lo otro. Es decir, reconocer la disidencia, la división, la polaridad irreconciliable. Reconocer la legitimidad o, por lo menos, la positividad de la izquierda.
Por eso la obsesión de la derecha es el centro, es decir, la convergencia, la unanimidad. La nostalgia anhelante de la armonía prerevolucionaria. El partido de Adolfo Suárez aglutinaba a todos: democristianos y socialistas, liberales y falangistas... El mismísimo Aznar, que ahora nos parece tan de derechas, quería centrar el partido... Lo mismo que ahora Rajoy. Realmente, la derecha siempre lo es malgré lui.
Me hago estas reflexiones mientras plancho unas camisas. Así que no me hagan mucho caso.
11 comentarios:
¿Camisas nuevas o camisas viejas?. Bravo.
Al contrario. Cuando planche, tenga especial cuidado con las mangas. El cuello, gracias a Dios o al que inventó los dos minúsculos botones que lo abrochan ya no lo deforma ni Robespierre. Si hace como yo, que le dejo el plástico de la tienda, menos. Lo que no cambia, le pases la plancha mil veces, es el logotipo discreto pero visible de la marca en el bolsillo de la camisa. Buen género y mejor situado si tienes que llevar chaqueta;: justo entre la cartera y el corazón. Para esto sí que hay Liberté, Egalité y hasta la Fraternité esa…
Las reflexiones están muy bien, a lo que no habrá que hacer mucho caso será a las camisas. Yo tengo una teoría sobre eso de la derecha vergonzante y la izquierda autosatisfecha que tiene que ver con la creencia en el pecado original ("defecto original" leí el otro día)por parte de los primeros, y la creencia en que el pecado es sólo de los otros por parte de los angélicos segundos. Pero la verdad es que se me ocurrió mientras fregaba los platos -después de oir al angélico que nos preside, eso sí- y ya es muy tarde y si lo vuelvo a pensar se me quita el sueño.
Mientras no sean camisas azules.
Voy por los blogs que admiro admirando los comentarios de CB. Yo creo que su motivo frega-teólogico complementa muy bien los tuyos plancha-históricos, y dan un panorama bastante interesante. Gracias a ambos.
La derecha esta poseida por un complejo que le hace renegar de sus propias esencias y principios y buscar otros,los del "bobo centrismo",que al parecer es la panacea sobre la que sustentan las mayorias absolutas,y donde se concentra esa bolsa de indecisos que decantan los resultados.
Sarkozy y Merkel han dado un paso al frente al asumir el estandarte liberal,y asumir el concepto de derecha pura y dura,sin milongas.
En España la disyuntiva es más peculiar,por que cuesta asumir para algunos dirigentes los propios principios que dicen defender,y se aterrorizan,se "sulibeyan" como damiselas ofendidas si el progre de turno los etiqueta como "fachas".
Entonces los Arenas y Piqués de turno sacan el chaleco salvadidas del "bobo centrismo",ese pantalón gris que va bien con todas las chaquetas,y siguiendo el manual gallardonita,invocan el espíritu de Suarez,que es algo así como el abracadabra que dirige la fórmula secreta del sillón monclovita.
Que tribu.
Apostilla:
Ellroy decía que lo "malo del liberal confuso,es que en el fondo se cree que vive en Mayo del 68"
UCD era centrista por inercia franquista.
No habría derechas si no hubiera izquierdas. Siempre se está a la derecha o a la izquierda de alguien. Es la dialéctica de la horizontalidad. En la de la verticalidad no sé está a la derecha ni a la izquierda, sino arriba o abajo.
Malgré elle
Bueno, señor Duque, no es por llevar la contraria, pero en esa dialéctica de la horizontalidad también se puede estar delante o detrás ¿no? O lo que es peor, incluso se puede estar enfrente. Y hasta se pueden combinar los modos de estar: derecha y detrás es una combinación que se lleva mucho, izquierda y enfrente también.
Chapeau. En algunas cosas no había pensado...
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