"Esta fiesta viene de una antigua tradición que data del siglo XV. Cientos de solteras acuden a la ermita mijeña a lanzar piedras al santo para que les conceda novios. La leyenda dice que hay que tirar tres piedras recogidas previamente de los alrededores del lugar. Según la costumbre, la muchacha que acierte (hay que darle justo en la entrepierna) conseguirá encontrar novio en ese año. Actualmente, se utiliza una réplica de la imagen original para evitar desperfectos.
Además, a primera hora de la mañana, numerosos vecinos conducen a sus animales a la ermita para que sean bendecidos por el santo, patrón de los animales. Los visitantes pueden degustar los populares callos de San Antón, así como los palmitos y las cañas de azúcar. Bailes populares como la rueda y canciones de antaño completan la jornada festiva."
Esto de tirar piedras a un santo, añado yo por mi cuenta, no es cosa sólo de Mijas. En El Arahal, un pueblo de la provincia de Sevilla, las mocitas casaderas también lapidan al santo, que en este caso es San Martín, para asegurarse el casorio y el que sea para bien.
¡Girard puro! ¡O puro Girard!
2 comentarios:
Habría que enviárselo, porque es su teoría punto por punto (piedra por piedra, más bien).
La verdad es que los católicos nos volvemos mucho más interesantes cuando nos vestimos con una pátina ligera de paganismo, aunque lo de la entrepierna tiene unas curiosas connotaciones...
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