LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

miércoles, 14 de enero de 2009

Don Juan Meléndez Valdés y los primeros barruntos del socialismo en España

Repasando las actas de un simposio sobre Juan Meléndez Valdés y su tiempo (Mérida, Editora Regional de Extramadura, 2005), encuentro esta cita, en la ponencia de Emilio Palacios Fernández sobre "Juan Meléndez Valdés, poeta social", que me llama la atención por lo que pudiera tener de signficativa para la historia de las ideas en nuestro suelo patrio. Escribe Meléndez:

"Si son la pobreza y la miseria indispensables elementos del estado social, al Gobierno, depositario de su felicidad y su armonía y fiel intérprete de las voluntades particulares, toca de justicia la santa obligación de velar sobre los infelices y ser tutor y padre en sus necesidades."

[Juan Meléndez Valdés, "Fragmento de un discurso sobre la mendiguez", en Discursos forenses]

La frase, por descontado, está llena de buena intención. Pero fijémonos en los detalles. Meléndez no cree que la pobreza vaya a desaparecer nunca (en lo cual, por lo menos hasta ahora, no se equivocó). Pero, so pretexto de esta situación, presta alas al Gobierno y al Estado para arrogarse un papel providencial. La felicidad y la armonía del cuerpo social, del Estado depende (no de los propios individuos), porque este Estado es "fiel intérprete de las voluntades particulares" (¿de todos los particulares? ¿de la mayoría? ¿de un promedio, digamos, centrista?). El Estado deberá ser "tutor y padre" de las necesidades del pueblo, especialmente de los pobres, o como diríamos hoy, de los más desfavorecidos.

Meléndez nunca habla de caridad, sino de beneficencia, es decir, de lo que hoy llamaríamos "Estado del bienestar".

Con toda justicia, hay que reconocer a Meléndez Valdés como uno de los precursores del socialismo en España. Y en la Ilustración, ver los primeros vagidos o barruntos de esta ideología que hoy se ha convertido, y desde hace mucho tiempo, en la predominante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El estado del Despotismo Ilustrado se legitima poniendo los medios para facilitar una vida mejor a sus súbditos (todavía no ciudadanos). Esa función antes la ejercía la Iglesia y, tienes razón, lo que antes era caridad pasa a ser beneficencia y hay toda una lucha por controlar esta esfera de poder público. Pero tu salto a llamar a esto socialismo no lo veo. Del mismo modo laxo lo podrías llamar falangismo.

Enrique Baltanás dijo...

"El día en que el Partido Socialista asumiera un destino nacional, como el día en que la República, que quiere ser nacional, recogiera el contenido socialista, ese día no tendríamos que salir de nuestras casas a levantar el brazo ni a exponernos a que nos paedreen, y, a lo que es más grave, a que nos entiendan mal el día en que eso sucediera [...] podéis creer que la mayoría de nosotro nos reintegraríamos pacíficamente a nuestra vocaciones."
(José Antonio en un discurso ante las Cortes el 6 de junio de 1934.)
Efectivamente, yo entiendo por socialismo toda metástasis del Estado, más allá de sus funciones propias e indispensables (seguridad interior y exterior, diplomacia y justicia).
Naturalmente, hay muchas formas de socialismo. El falangismo era una (proponía la nacionalización de la banca y de los servicios públicos ), como lo era el bolchevismo, el fascismo, el nacional-socialismo y como lo es la más moderada socialdemocracia actual. Muchos matices, importantes,pero con un no menos importante fondo común.