LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

viernes, 14 de agosto de 2009

La operación de leer (3 de 3)

Y es que la operación de leer exige siempre que el lector salga de sí mismo, que se aleje de sus certezas dogmáticas, de sus apriorismos y estrecheces y, abierto y humilde, se abra a la obra como la obra, libro abierto, se abre para él. No renuncia el lector, no debe renunciar, a sus convicciones o a sus gustos. Lo que debe es ponerlos en suspenso, es decir, escuchar silenciosamente, y con atención, lo que el libro le dice. Luego le tocará su turno para asentir o disentir, y en todo o en parte.

Pero, de todos los tipos de lectura que puedan describirse, no es la del crítico la que más me interesa, sino la del lector silencioso y anónimo. Ése que ha ido leyendo libros desde su infancia y adolescencia, a través de sus años maduros, y que se ha dejado herir por su belleza, contagiarse por su sabiduría o… inflarse con sus vanidades, locuras y disparates. Ese lector cuyo mejor retrato, acaso, será su biblioteca. Ese lector silencioso que sólo comenta los libros con sus amigos o con su novio. (Y digo novio porque lector lo he usado siempre no en sentido de masculino estricto sino de masculino genérico, o sea que, como aquí, puede ser también lectora y tener novio).

Ese lector, o lectora, ¿ha leído siempre los mismos libros, quiero decir, de parecido linaje y pelaje? ¿O han ido cambiando sus gustos con el tiempo? ¿Habrá aprendido algo, no habrá aprendido nada? ¿Cómo le han influido esos libros en su vida, y en qué? ¿Y cómo se fueron mezclando, en la probeta de su alma, esas lecturas? ¿Qué nuevo y extraño mejunje habrán destilado
? La operación de leer tiene aspectos mecánicos, rigores metódicos, parámetros observables, pero tiene también un misterio que nunca desvelaremos.

[Nota bibliográfica: artículo aparecido en El mirador de los vientos, núm. 3, 2008; hace poco me comunica su director, José Luna Borge, que la revista deja de publicarse por dificultades crematísticas; otro caído más, supongo, de la crisis económica. Habrá brotes verdes, yo no lo niego, pero también hay hojas, y hasta árboles, que caen. Pues que sirva de homenaje al caído.]

1 comentario:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Homenaje, merece ese homenaje.