"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."
Sir Arthur Conan Doyle
lunes, 24 de agosto de 2009
Las dos mitades de la misma naranja
Me he pasado media vida siendo un izquierdista serio y aburrido. Creo tener, pues, ganado el derecho a pasarme la otra media siendo un divertido y gamberro reaccionario. En el fondo, disparo contra mí mismo. Y eso yo no sé si va a ser tan divertido.
Estimado Enrique: n sé si te has preguntado alguna vez por qué la evolución normal es pasar de la izquierda a la derecha; casi nunca al contrario. ¿La gente se hace más conformista, más cómoda con los años? No creo que esa sea la respuesta, porque hoy precisamente ser conservador es una forma de inconformismo y una postura de lo más incómoda, sobre todo en el mundo cultural, en el que casi todas las puertas están cerradas a los que no comulgan los con los dogmas del progresismo. La respuesta creo que es más sencilla: el pensamiento conservador tiene sutilezas, matices que sólo son alcanzables desde cierta madurez y experiencia. Por el contrario, el pensamiento progresista es tan evidente, que sus afirmaciones parecen indiscutibles. Por eso, cuando el conservadurismo va acompañado de juventud, inexperiencia y de cierta elementalidad resulta tan..."bruto". Son encantadores los conservadores sabios (Eliot, Chesterton, Johnson), pero los conservadores elementales son más necios que sus homólogos de la izquierda. Que te hagas conservador puede querer decir que te haces más sabio y (¡ay) un poco más viejo.
Enrique, en la izquierda no suele haber humor. En la derecha sí. Cuando aparezca en la izquierda un Jardiel Poncela o un Muñoz Seca, cambiaré de opinión. Así que bienvenido al humor. Ése es tu sitio.
Al comentario de Jesús Cotta. Es un hecho curioso: casi todos los homoristas, los buenos, son de derechas. En España: Mihura, Jardiel, Pla, Camba, Fernández Flores, Muñoz Seca, Vizcaino Casas. Actuales: Antonio Burgos, Ussía, Campmany. Una vez hice una artículo que se llamaba"¿Hay intelectuales de derechas?", se podría escribir ¿"Hay humoristas de izquierdas?".
Entiendo por reaccionario aquel que reacciona, que no se deja llevar por la corriente dominante, por el signo de los tiempos, por el Zeitgeist. Y el primer principio de mi reaccionarismo, tal como yo lo entiendo, es negar la polaridad izquierda-derecha, funesta invención de la no menos funesta revolución francesa. Esa polarización conduce a una rigidez, o fosilización, o atrincheramiento, de posturas: a la fuerza tienes que estar con todo lo que digan los unos o todo lo que digan los otros. Pues no: pensemos por libre y sea de ello lo que fuere. Gracias a todos por vuestros comentarios.
Ya se cantaba en Cuba: "se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó a parar"
Magnífico e inesperado colofón para esta tertulia, Enrique (paisano).
Habrá momentos, situaciones, coyunturas, o grandes decisiones, en las que nuestro corazón (ó nuestro pensamiento, según se sea) estará, en lo que llamen de un color. Y otras que pueda estar en el color contrario. Sólo la libertad y la ausencia de compromisos externos de ningún tipo, nos permitirán ver a la claridad y el riesgo que conduce este camino cierto.
Y la señal evidente de que realmente estamos en este camino, es que, uno de los bandos nos tachará de opositor (o incluso enemigo), nos mirará mal en definitiva. Y el otro bando, no tendrá ninguna duda para tacharnos y mirarnos de la misma manera. Ni que decir tiene, que simultáneamente estaremos despertando simpatías tanto en uno como en el otro.
Es inusual que a medida que avancemos en la edad nos hagamos más reaccionarios (en la acepción que tu apuntas), pues, por el contrario, trataremos de defender las cotas, en justicia conquistadas con esfuerzo. Cuando se es joven no hay mucho que perder, pues poco se tiene. Por tanto, no me queda más remedio que felicitarte por la elección.
12 comentarios:
Estimado Enrique: n sé si te has preguntado alguna vez por qué la evolución normal es pasar de la izquierda a la derecha; casi nunca al contrario. ¿La gente se hace más conformista, más cómoda con los años? No creo que esa sea la respuesta, porque hoy precisamente ser conservador es una forma de inconformismo y una postura de lo más incómoda, sobre todo en el mundo cultural, en el que casi todas las puertas están cerradas a los que no comulgan los con los dogmas del progresismo. La respuesta creo que es más sencilla: el pensamiento conservador tiene sutilezas, matices que sólo son alcanzables desde cierta madurez y experiencia. Por el contrario, el pensamiento progresista es tan evidente, que sus afirmaciones parecen indiscutibles. Por eso, cuando el conservadurismo va acompañado de juventud, inexperiencia y de cierta elementalidad resulta tan..."bruto". Son encantadores los conservadores sabios (Eliot, Chesterton, Johnson), pero los conservadores elementales son más necios que sus homólogos de la izquierda. Que te hagas conservador puede querer decir que te haces más sabio y (¡ay) un poco más viejo.
Lo importantes es disparar y no dar. Lo de las "dianas" lo dejamos para los clásicos.
Buena entrada Enrique.
Lo importante es de qué lado haya caído finalmente el hueso de la semilla.
Un saludo.
Enrique, en la izquierda no suele haber humor. En la derecha sí. Cuando aparezca en la izquierda un Jardiel Poncela o un Muñoz Seca, cambiaré de opinión. Así que bienvenido al humor. Ése es tu sitio.
No hay nada más divertido y gratificante que disparar contra uno mismo: siempre se acierta.
El derecho es nuestro, quiero decir, el zumo, esto es, el gusto. Que lo disfrutemos.
Al comentario de Jesús Cotta. Es un hecho curioso: casi todos los homoristas, los buenos, son de derechas. En España: Mihura, Jardiel, Pla, Camba, Fernández Flores, Muñoz Seca, Vizcaino Casas. Actuales: Antonio Burgos, Ussía, Campmany. Una vez hice una artículo que se llamaba"¿Hay intelectuales de derechas?", se podría escribir ¿"Hay humoristas de izquierdas?".
Entiendo por reaccionario aquel que reacciona, que no se deja llevar por la corriente dominante, por el signo de los tiempos, por el Zeitgeist.
Y el primer principio de mi reaccionarismo, tal como yo lo entiendo, es negar la polaridad izquierda-derecha, funesta invención de la no menos funesta revolución francesa.
Esa polarización conduce a una rigidez, o fosilización, o atrincheramiento, de posturas: a la fuerza tienes que estar con todo lo que digan los unos o todo lo que digan los otros. Pues no: pensemos por libre y sea de ello lo que fuere.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Ya se cantaba en Cuba: "se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó a parar"
Magnífico e inesperado colofón para esta tertulia, Enrique (paisano).
Habrá momentos, situaciones, coyunturas, o grandes decisiones, en las que nuestro corazón (ó nuestro pensamiento, según se sea) estará, en lo que llamen de un color. Y otras que pueda estar en el color contrario. Sólo la libertad y la ausencia de compromisos externos de ningún tipo, nos permitirán ver a la claridad y el riesgo que conduce este camino cierto.
Y la señal evidente de que realmente estamos en este camino, es que, uno de los bandos nos tachará de opositor (o incluso enemigo), nos mirará mal en definitiva. Y el otro bando, no tendrá ninguna duda para tacharnos y mirarnos de la misma manera. Ni que decir tiene, que simultáneamente estaremos despertando simpatías tanto en uno como en el otro.
Es inusual que a medida que avancemos en la edad nos hagamos más reaccionarios (en la acepción que tu apuntas), pues, por el contrario, trataremos de defender las cotas, en justicia conquistadas con esfuerzo. Cuando se es joven no hay mucho que perder, pues poco se tiene. Por tanto, no me queda más remedio que felicitarte por la elección.
SALUDOS.
No disparas contra ti mismo. Disparas contra el que fuiste, y el que ahora eres sale así indemne y fortalecido.
Carlos.
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