Gracias por la entrevista, coincido sobre todo con su opinión de la situación de la Universidad pública: libros y gente dispuesta a aprender -no todos, pero creo que la mayoría-, con eso se puede respirar ahí dentro -amén de buenos profesores, que es lo que marca al final la diferencia absoluta-.
Al margen de sus exabruptos, siempre he admirado en D'Ors su autenticidad y la solidez de sus valores.
Yo admiro en muchas cosas a Miguel d'Ors. Pero algunos "exabruptos" suyos, como les llama Mora Fandos, resultan verdaderamente bárbaros. Dice en la entrevista: "aunque es verdad que todos los «progres» son memos, no todos los memos son «progres». Hay también mucho memo de derechas". La contraposición que hace entre "progres" y "de derechas" lleva a la inevitable conclusión de que, aunque en otras ocasiones le ha dado diversas vueltas al término "progres", lo utiliza aquí como sinónimo de "persona de izquierdas". En otras palabras, está diciendo que todos los que no son de su cuerda política son "memos". Semejante barbaridad antidemocrática parece difícil de justificar. Yo, que según esa calificación soy reconocidamente "memo", no pienso que un conservador tenga que ser poco inteligente; al revés, sé con toda certeza que hay personas de ideología conservadora con admirable competencia intelectual -cosa que, por cierto, también ocurre con personas de ideología contraria. Y semejante, en efecto, "exabrúptica" opinión, me parece muestra de ciertas limitaciones ideológicas a que está sometida la, por otra parte, auténtica y viva inteligencia de d'Ors.
Estoy de acuerdo con la explicación de marinero, pero reconocerá que, salvo él, la idea de la "gente de izquierdas" sobre la "de derechas" es igual de simplificada. Nada más hay que mirar las caricaturas de Forges para ver como los retratan. No se les concede ni siquiera la intención de querer mejorar el país, sólo lo suyo, como capitalistas que son, dicho con múltiples calificativos. Esta imagen es la generalizada en los medios de comunicación (creo que mayoritariamente de izquierdas, por lo menos los más potentes), y sólo hay que leer los comentarios en las noticias y blogs. Resumiendo, como ocurrió en la España del XIX, en la República y ahora, en la interesada revisión de la Transición, el partidismo y la opinión política no admite ni como interlocutor ni como alternativa válida a los contrarios. Como en el fútbol. Y así no avanza ni progresa un país, siempre a gusto de la mitad.
Tiene razón "Simeón" en lo de que hay un exceso de simplificación y de enfrentamiento con el contrario político sólo por serlo. Pero él mismo simplifica y exagera claramente en lo que dice. Respecto, por ejemplo, a los "medios de comunicación", le recuerdo que los principales periódicos de tirada nacional están distribuidos así: EL MUNDO, LA RAZÓN y ABC son, clara y reconocidamente, "de derechas"; EL PAÍS y PÚBLICO -éste, con mucho, el más minoritario entre ellos-, de izquierdas. No sé dónde ve la "mayoría". Y sobre simplificaciones y caricaturas, le recuerdo que Forges es un humorista; simplificar y caricaturizar (cosa que no siempre hace) son herramientas del oficio. Igual hacen los humoristas "de derechas"; y, salvo alguna elogiable excepción como Mingote, con una injustificada venenosidad, rara de ver en sus contrarios. Pero no se trata de ver quién lo hace peor: se trata de que, como él dice, hay demasiada descalificación gratuita y demasiada falta de sentido de la empresa común, que debiera estar por encima de las rencillas partidistas. Es difícil encontrar en la izquierda un poeta -o un intelectual, sin más- de la talla de Miguel d'Ors que califique a todos sus contrarios, sin distinción, de "memos"; para no hablar del poema suyo reciente que se comentaba en este mismo blog el otro día, y en el que se imagina pegando tiros "con toda intención", y no precisamente al aire. Yo quisiera ver reconocidas, si puede ser, las aportaciones y la posible razón del contrario; pero, si eso es pedir mucho (que no debiera), al menos su derecho a disentir sin que le peguen un tiro. Ojalá hubiera mucha gente que comprendiera, como parece hacerlo "Simeón", que ese deseo no es una ingenuidad, y ni siquiera un lujo, sino algo totalmente necesario. Si yo sigo este blog, e incluso intervengo en él alguna vez, es porque EGM, su titular, es otra de esas raras personas. Ojalá, repito, hubiera muchas más. Y desde luego, y termino, no soy el único que, desde una postura contraria, defiende esa necesidad de entendimiento; hay, afortunadamente, mucha gente más.
Pido perdón por mi error, que sólo ahora he advertido, de señalar como titular del blog a "EGM" (Enrique García Máiquez). Lo dicho por él vale, naturalmente, también por este blog y su titular, a quienes felicito; aquí encuentran acogida opiniones distintas, y posibilidad de disentir razonablemente entre ellas. Como ya dije antes, ojalá esa actitud, todavía demasiado rara, fuera cada día más habitual.
Ya supuse, marinero, que se trataba de un lapsus, que por otra parte me halaga, pues tanto EGM como yo compartimos esa voluntad de diálogo vivo y educado. Por otra parte, creo que muchos de los exabruptos de d'Ors (uno de ellos lo comenta JLGM en su blog Café Arcadia)hay que leerlos en clave humorística y epatante. No veo yo a d'Ors empuñando un cetme... Pero a mí lo que más me ha "molestado" de su libro es la expresión "apellidos que huelen a rebaño". ¿Cuáles son esos apellidos? Me parece un insulto gratuito e injusto a todos los que no se llamen Belaustegigoitia... o d'Ors. Ahora, que d'Ors es un gran poeta, no creo que lo discuta nadie. Sed aliquando bonus dormitat Homerus, que decían los clásicos
1) Gracias por tu comprensión con mi lapsus. 2) D'Ors es uno de los poetas españoles vivos que más admiro y más me gustan. Pero yo añadiría, continuando la referencia al "dormitat", que parece que él, cuando eso le ocurre, no se limita a dormir, sino que incluso sueña, y a veces tiene pesadillas. Un poco de calma y comprensión de lo ajeno no le harían, creo, ningún mal. Ni a él ni a nadie.
Los medios de comunicación no son sólo la prensa escrita, también las radios y las televisiones. De todas formas, con nuestras opiniones seguimos demostrando el filtro de nuestras miradas.
"Con nuestras opiniones seguimos demostrando el filtro de nuestras miradas"... aquéllos que miren con filtro, cosa que no siempre ocurre. Cierto que también existen las radios y TVs; por ejemplo Telemadrid, de la que se han publicado notas internas con prohibiciones de tratar determinados temas o indicando el modo en que habrían de tratarse otros. La cosa llega al ridículo extremo (y me consta: conozco a gente que trabaja allí) de que se ha prohibido hablar de "la roja" refiriéndose a la selección española. En fin, ciertos excesos son raros de ver en la izquierda; recuerdo que el Telediario-2 obtuvo no hace mucho un premio internacional de importancia al mejor informativo, cosa que ni ocurrió nunca en la etapa de Aznar ni desde luego ocurrirá en la actual Telemadrid. Pero, repito, no se trata de ver quién es peor; el hecho, yo creo que constatable, es que Miguel d'Ors -pues el comentario, recuerdo, se refiere a una entrevista suya- hace a veces afirmaciones de un espeluznante sectarismo. Sectarios los hay en todas partes; pero también hay quienes, teniendo -como es lógico- sus propias opiniones, se esfuerzan en no convertirlas en dogmas intocables (e intratables) y en apreciar las del otro. Esa actitud, me parece obvio, no es la de d'Ors. Yo creo además que es más frecuente en la izquierda que en la derecha, y lo creo de veras; pero no niego por eso (todo lo contrario: lo afirmo con total convicción) que hay gente de opinión conservadora perfectamente dispuesta, y que da pruebas repetidas e irrefutables de ello, a no creerse propietarios exclusivos de la verdad. Ojalá hubiera más, de un lado y de otro.
9 comentarios:
Gracias por la entrevista, coincido sobre todo con su opinión de la situación de la Universidad pública: libros y gente dispuesta a aprender -no todos, pero creo que la mayoría-, con eso se puede respirar ahí dentro -amén de buenos profesores, que es lo que marca al final la diferencia absoluta-.
Al margen de sus exabruptos, siempre he admirado en D'Ors su autenticidad y la solidez de sus valores.
Yo admiro en muchas cosas a Miguel d'Ors. Pero algunos "exabruptos" suyos, como les llama Mora Fandos, resultan verdaderamente bárbaros.
Dice en la entrevista: "aunque es verdad que todos los «progres» son memos, no todos los memos son «progres». Hay también mucho memo de derechas".
La contraposición que hace entre "progres" y "de derechas" lleva a la inevitable conclusión de que, aunque en otras ocasiones le ha dado diversas vueltas al término "progres", lo utiliza aquí como sinónimo de "persona de izquierdas". En otras palabras, está diciendo que todos los que no son de su cuerda política son "memos".
Semejante barbaridad antidemocrática parece difícil de justificar. Yo, que según esa calificación soy reconocidamente "memo", no pienso que un conservador tenga que ser poco inteligente; al revés, sé con toda certeza que hay personas de ideología conservadora con admirable competencia intelectual -cosa que, por cierto, también ocurre con personas de ideología contraria. Y semejante, en efecto, "exabrúptica" opinión, me parece muestra de ciertas limitaciones ideológicas a que está sometida la, por otra parte, auténtica y viva inteligencia de d'Ors.
Estoy de acuerdo con la explicación de marinero, pero reconocerá que, salvo él, la idea de la "gente de izquierdas" sobre la "de derechas" es igual de simplificada. Nada más hay que mirar las caricaturas de Forges para ver como los retratan. No se les concede ni siquiera la intención de querer mejorar el país, sólo lo suyo, como capitalistas que son, dicho con múltiples calificativos. Esta imagen es la generalizada en los medios de comunicación (creo que mayoritariamente de izquierdas, por lo menos los más potentes), y sólo hay que leer los comentarios en las noticias y blogs.
Resumiendo, como ocurrió en la España del XIX, en la República y ahora, en la interesada revisión de la Transición, el partidismo y la opinión política no admite ni como interlocutor ni como alternativa válida a los contrarios. Como en el fútbol. Y así no avanza ni progresa un país, siempre a gusto de la mitad.
Tiene razón "Simeón" en lo de que hay un exceso de simplificación y de enfrentamiento con el contrario político sólo por serlo. Pero él mismo simplifica y exagera claramente en lo que dice.
Respecto, por ejemplo, a los "medios de comunicación", le recuerdo que los principales periódicos de tirada nacional están distribuidos así: EL MUNDO, LA RAZÓN y ABC son, clara y reconocidamente, "de derechas"; EL PAÍS y PÚBLICO -éste, con mucho, el más minoritario entre ellos-, de izquierdas. No sé dónde ve la "mayoría".
Y sobre simplificaciones y caricaturas, le recuerdo que Forges es un humorista; simplificar y caricaturizar (cosa que no siempre hace) son herramientas del oficio. Igual hacen los humoristas "de derechas"; y, salvo alguna elogiable excepción como Mingote, con una injustificada venenosidad, rara de ver en sus contrarios.
Pero no se trata de ver quién lo hace peor: se trata de que, como él dice, hay demasiada descalificación gratuita y demasiada falta de sentido de la empresa común, que debiera estar por encima de las rencillas partidistas.
Es difícil encontrar en la izquierda un poeta -o un intelectual, sin más- de la talla de Miguel d'Ors que califique a todos sus contrarios, sin distinción, de "memos"; para no hablar del poema suyo reciente que se comentaba en este mismo blog el otro día, y en el que se imagina pegando tiros "con toda intención", y no precisamente al aire. Yo quisiera ver reconocidas, si puede ser, las aportaciones y la posible razón del contrario; pero, si eso es pedir mucho (que no debiera), al menos su derecho a disentir sin que le peguen un tiro. Ojalá hubiera mucha gente que comprendiera, como parece hacerlo "Simeón", que ese deseo no es una ingenuidad, y ni siquiera un lujo, sino algo totalmente necesario.
Si yo sigo este blog, e incluso intervengo en él alguna vez, es porque EGM, su titular, es otra de esas raras personas. Ojalá, repito, hubiera muchas más. Y desde luego, y termino, no soy el único que, desde una postura contraria, defiende esa necesidad de entendimiento; hay, afortunadamente, mucha gente más.
Pido perdón por mi error, que sólo ahora he advertido, de señalar como titular del blog a "EGM" (Enrique García Máiquez). Lo dicho por él vale, naturalmente, también por este blog y su titular, a quienes felicito; aquí encuentran acogida opiniones distintas, y posibilidad de disentir razonablemente entre ellas. Como ya dije antes, ojalá esa actitud, todavía demasiado rara, fuera cada día más habitual.
Ya supuse, marinero, que se trataba de un lapsus, que por otra parte me halaga, pues tanto EGM como yo compartimos esa voluntad de diálogo vivo y educado.
Por otra parte, creo que muchos de los exabruptos de d'Ors (uno de ellos lo comenta JLGM en su blog Café Arcadia)hay que leerlos en clave humorística y epatante. No veo yo a d'Ors empuñando un cetme...
Pero a mí lo que más me ha "molestado" de su libro es la expresión "apellidos que huelen a rebaño". ¿Cuáles son esos apellidos? Me parece un insulto gratuito e injusto a todos los que no se llamen Belaustegigoitia... o d'Ors.
Ahora, que d'Ors es un gran poeta, no creo que lo discuta nadie. Sed aliquando bonus dormitat Homerus, que decían los clásicos
1) Gracias por tu comprensión con mi lapsus.
2) D'Ors es uno de los poetas españoles vivos que más admiro y más me gustan. Pero yo añadiría, continuando la referencia al "dormitat", que parece que él, cuando eso le ocurre, no se limita a dormir, sino que incluso sueña, y a veces tiene pesadillas. Un poco de calma y comprensión de lo ajeno no le harían, creo, ningún mal. Ni a él ni a nadie.
Los medios de comunicación no son sólo la prensa escrita, también las radios y las televisiones.
De todas formas, con nuestras opiniones seguimos demostrando el filtro de nuestras miradas.
"Con nuestras opiniones seguimos demostrando el filtro de nuestras miradas"... aquéllos que miren con filtro, cosa que no siempre ocurre.
Cierto que también existen las radios y TVs; por ejemplo Telemadrid, de la que se han publicado notas internas con prohibiciones de tratar determinados temas o indicando el modo en que habrían de tratarse otros. La cosa llega al ridículo extremo (y me consta: conozco a gente que trabaja allí) de que se ha prohibido hablar de "la roja" refiriéndose a la selección española.
En fin, ciertos excesos son raros de ver en la izquierda; recuerdo que el Telediario-2 obtuvo no hace mucho un premio internacional de importancia al mejor informativo, cosa que ni ocurrió nunca en la etapa de Aznar ni desde luego ocurrirá en la actual Telemadrid.
Pero, repito, no se trata de ver quién es peor; el hecho, yo creo que constatable, es que Miguel d'Ors -pues el comentario, recuerdo, se refiere a una entrevista suya- hace a veces afirmaciones de un espeluznante sectarismo.
Sectarios los hay en todas partes; pero también hay quienes, teniendo -como es lógico- sus propias opiniones, se esfuerzan en no convertirlas en dogmas intocables (e intratables) y en apreciar las del otro. Esa actitud, me parece obvio, no es la de d'Ors.
Yo creo además que es más frecuente en la izquierda que en la derecha, y lo creo de veras; pero no niego por eso (todo lo contrario: lo afirmo con total convicción) que hay gente de opinión conservadora perfectamente dispuesta, y que da pruebas repetidas e irrefutables de ello, a no creerse propietarios exclusivos de la verdad. Ojalá hubiera más, de un lado y de otro.
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